El próximo 25 de noviembre se conmemora el Día para la eliminación de la violencia contra las mujeres en Guatemala. Sin embargo, el país se ha convertido en un territorio violento y su sistema ha provocado que las denuncias sean silenciadas o generen una revictimización.
Según el Observatorio de las Mujeres del Ministerio Público (MP), durante el 2021 se han reportado hasta 84 mil 783 víctimas de delitos en contra de las mujeres y la niñez. De esta cifra, resalta que 56 mil 062 han sufrido violencia física, psicológica o económica.
Datos de la Organización de las Naciones Unidas estiman que una de cada tres mujeres sufrirán algún tipo de violencia durante su vida. En el marco legal, Guatemala reconoce hasta cuatro tipos de violencia contra la mujer amparadas por el Decreto 22-2008. Destacan la violencia física, psicológica, económica y sexual.
Ana Tello, abogada guatemalteca, explicó que “la violencia psicológica es cuando se le hace algún daño emocional a la mujer. Si tu pareja se expresa con insultos, gritos, chantajes, incluso críticas hacia ti, podrías ser una víctima de este tipo de violencia. Es el más difícil de probar, pero también es el más común, el que menos atención se le pone y el que más duele. Los agresores tienen una pena de cinco a ocho años por este crimen.”
Estos comentarios, insultos o gritos pueden caer en la violencia física, cuando se emplea la fuerza corporal. “Puede ir desde un empujón, que la pareja le agarre el brazo duro, jalones de pelo, golpes o que le tiren algún objeto. Si esto te ha sucedido, puede que hayas sido víctima de este tipo de violencia. Las penas determinadas en la ley van desde los cinco a los 12 años de prisión” menciona Tello.
Respecto a la violencia económica, puede manifestarse de dos maneras. Tello menciona que “sucede mucho que el marido o la pareja no da el dinero para sostener el hogar o no paga la manutención. Otra situación común es cuando quitan las pertenencias a sus parejas como herencias o bienes en común. Vuelven a las víctimas económicamente dependientes, razón por las que muchas mujeres deciden no denunciar. Se genera un miedo por no tener ingresos y no poder mantener a su familia o hijos. Es dificultosa de comprobar, pero existen sentencias que van desde los cinco a los ocho años de prisión.”
El cuarto delito contemplado por la ley guatemalteca es la violencia sexual. “Existen variadas situaciones. Puede ser obligar a la prostitución, que la pareja no use anticonceptivos sin consentimiento de la mujer, violación o el acoso. Es cualquier cosa que pueda vulnerar la libertad sexual de la mujer” asegura Tello.
Sin embargo, existen situaciones que hoy no son previstas en la ley, pero que se han vuelto cotidianas. Una de ellas es el acoso laboral. “Es casi como un secreto a voces. Puede darse por la jerarquía, donde un jefe acosa a una de sus compañeras de trabajo. La mujer suele tener las de perder, porque al hablar la víctima, suele ser cargada de doble trabajo, no encuentra ascensos, es amonestada económicamente. No se encuentra bien regulado, pero se ha vuelto muy común” asimila Tello.
La importancia de denunciar
La violencia contra la mujer ha sido identificada por un delito donde las parejas buscan controlar o tener superioridad sobre la otra parte. Tello explica que puede identificarse a los agresores si estos suelen enojarse constantemente, emplean insultos o críticas constantes. También realizan chantajes u obligan a hacer cosas a la mujer que no le agradan a la fuerza.
Esta situación en el país ha provocado una gran importancia en denunciar. “Es importante no quedarse callada. Deben confiar en sí mismas. Cuando uno sufre violencia psicológica, no confía en uno mismo o cree que uno no es capaz. Hay que guardar las pruebas. Buscar ayuda en amigas o vecinas” recomienda Tello.
Por otro lado, la abogada sugirió que “si has sido víctima de violencia sexual, no hay que bañarse y es necesario asistir a un centro médico después del hecho. Guarda la ropa que llevabas cuando sucedió la agresión y, en el hospital, pide el kit de violación. Cuando se decide poner la denuncia en el MP, tiene derecho a ser escuchada. Debe exigir un buen trato y solicitar las medidas de seguridad al fiscal que le atienda. Estas obligan al agresor abandonar la vivienda, alejarse de la familia o decomisar las armas.”
“Muchos creen que el proceso de denunciar es complicado o piensan que necesitan de un abogado para colocar una denuncia ante las autoridades. No es así, solo se requiere del DPI. También ayuda brindar pruebas a las autoridades para agilizar el proceso.”
-Ana Tello, abogada.
No solo las víctimas pueden denunciar estos hechos. Familiares, amigos, personas cercanas, vecinos, testigos o médicos también pueden poner una denuncia en las autoridades. Sitios como tupista.gt de Crime Stoppers, un programa de captación de información ciudadana, permite que se puedan denunciar de manera anónima y sin verse implicados en el proceso.