Una pajilla para tomarse un agua en la tienda, un desayuno servido en un plato de duroport, una bolsa plástica negra para sacar la basura. Los productos de plástico son tan comunes en el uso comercial y doméstico de miles de familias guatemaltecas, que dejar de usarlos, puede ser más difícil de lo que parece. Este es el reto que los habitantes de Villa Canales asumieron desde el 22 de junio gracias a un acuerdo municipal que pretende eliminar la contaminación de los ríos del lugar que desembocan en el Lago de Amatitlán.
“El 90 por ciento de la población está de acuerdo y nos ha felicitado por esta iniciativa”. – Julio Marroquín, alcalde de Villa Canales.
En mayo de este año, San Miguel Petapa se convirtió en el primer municipio en prohibir el uso y la distribución de plásticos en los negocios del lugar. El pasado 14 de junio, el Concejo Municipal de la Municipalidad de Villa Canales, municipio ubicado a 22 kilómetros de la capital, acordó “prohibir la distribución de productos de uso único y no reusable, siendo estas bolsas plásticas, pajillas, utensilios de duroport, y derivados”. La comuna es la segunda en adoptar medidas amigables con el medio ambiente.
“El 90 por ciento de la población está de acuerdo y nos ha felicitado por esta iniciativa”, menciona el alcalde Julio Marroquín. Además, la administración comenzará una campaña de concientización en la que informará a la población sobre las alternativas para que puedan utilizar otro tipo de producto. “Existe un vaso de cartón que fácilmente puede sustituir al de duroport. En seis semanas está desintegrado y es reciclable”, agregó. En cuanto a las fábricas de productos de estos materiales que operan en el Municipio, indica que la semana pasada se reunió con la gremial de fabricantes de plástico para discutir el tema.
Además de la prohibición, el acuerdo expresa que el Juez de Asuntos Municipales y de Tránsito tiene la facultad para imponer multas entre Q500 a Q5 mil a quienes violen las prohibiciones.
Un reto para todos
Para la Municipalidad, uno de los retos es concientizar a la población y presentar las alternativas que existen para sustituir los productos. “Velar porque realmente se cumpla es nuestro reto más grande; tener una supervisión estricta en cuanto al tema”, expresa el alcalde.
En un país en donde los desechables y plásticos se producen y compran en grandes cantidades, los pobladores de Villa Canales deberán adaptarse al cambio más que todo, en el sector comercial. Muchos comercios comienzan a buscar materiales sustitutos para seguir brindando sus servicios o vender sus productos. Por ejemplo, las panaderías piden a sus clientes que lleven su propia panera o canasta para llevarse el pan que compren.
“Velar porque realmente se cumpla es nuestro reto más grande; tener una supervisión estricta en cuanto al tema”. – Julio Marroquín, alcalde de Villa Canales.
Opiniones divididas
A tan solo dos días de que el acuerdo entre en vigencia, las opiniones se dividen. Un ejemplo es Yesenia, quien vende atoles, licuados y panes frente al edificio municipal. Ella ve la medida como algo beneficioso a largo plazo, pero todavía no tiene claro cómo funcionará su negocio. “Si todos colaboramos y se ve el beneficio, está bien hacerlo. De una u otra manera, uno se tiene que adaptar al cambio”. Además, comenta que no se ha tomado el tiempo para saber qué puede hacer en el caso de las bebidas. “Está bien la medida, pero nos preguntamos qué opciones nos van a dar. Nos afectará porque todos los líquidos se sirven en vasos de duroport”, agrega.
Otro caso es el de la panadería en donde trabaja Mariela, quien está por una parte de acuerdo y por otra en desacuerdo. “Hay muchos trabajadores que piden bolsas para llevar su pan y representaría una pérdida de dinero. A diferencia de las amas de casa, que traen su trasto, los que trabajan no”, menciona, mientras limpia el piso del negocio. “No nos han dicho nada, solo que avisemos que ya no habrá bolsas”.
Su compañera Deborah se unió a la conversación diciendo que el precio al que venden el pan no alcanza para comprar bolsas de papel. “Ellos deben entender que la gente es trabajadora y no siempre anda cargando su traste o recipiente para llevarlo”, expresa.
“No sé cómo vamos a parar, pero tenemos que conformarnos”. – María, vendedora de frutas y verduras.
A unas cuadras del parque central, se encuentra un pequeño mercado de frutas y verduras. Ahí, María vende todo tipo de vegetales y especies. Casi todo lo entrega en bolsas de plástico. “Nos va a afectar. Por ejemplo, si vendo un poquito de chile, no lo voy a echar todo en un costal. Así como con la cebolla, papa y tomate se pueden poner juntos. Las arvejas o el chile los tenemos que colocar en bolsitas pequeñas”, afirma. La vendedora dice que nadie le ha dicho nada sobre el acuerdo, pero sí sabe sobre las multas y, que a partir del viernes, buscará otra alternativa para entregar lo que vende. “No sé cómo vamos a parar, pero tenemos que conformarnos”, agrega.
A la fecha se han recolectado “hasta 2 mil 400 metros cúbicos de basura por día” en donde se encuentran bolsas, desechables y botellas de plástico, según informa la Municipalidad. Estos productos tardan entre 50 y 800 años en ser degradados por la tierra y son precisamente los que se busca eliminar del diario vivir de Villa Canales.
Fotografías: Elena Gaytán