Unos celebran por carpas y otros añoran por aulas imagen

Luego de la tragedia del Volcán de Fuego, se tuvieron que dar los establecimientos educativos, por lo cual los niños se quedaron sin donde recibir clases.

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Para los estudiantes es un simple proceso de transición, pero sus padres ven con preocupación lo que las autoridades festejan como inicio de clases. Entre regalos, donaciones y mochilas nuevas, fueron traslados cientos de niños a carpas donadas por UNICEF, las cuales funcionarán como salones de clase.



Foto: Osman Velásquez


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“Las autoridades piensan que es un simple inicio de clases, pero llevamos más de medio año y esto atrasará el proceso de aprendizaje que llevaban antes de la erupción”, afirmó una de las madres de los estudiantes.

Estudian en carpas

Por si fuera poco, el material de las escuelas que utilizaban los maestros no les fue autorizado para retirarlos de las instalaciones. En el caso de los niños de preprimaria, solo los libros de colorear y un par de crayones de cera lograron retirar en los establecimientos, que actualmente son centros de acopio o albergues, para las familias afectadas.



Foto: Osman Velásquez



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“Si pueden ver en estos libros se darán cuenta que este atraso ha significado bastante en sus estudios. Deberían llevar la mitad de sus cuadernos llenos, en el caso de mi hija ya estaba aprendiendo las vocales, ahora solo le pidieron papel de china y por una semana utilizarán las clases para hablar con los niños sobre lo que pasó del volcán”, comentó una de las madres.

Las carpas de 72 metros cuadrados son divididas entre más de 50 niños de diferentes grados, que solo los divide un pizarrón entre cada uno. Los maestros tendrán que encontrar nuevas maneras de estudio para que los estudiantes se enfoquen en sus instrucciones y no se distraigan con el ruido de los demás.



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“Creo que nosotras las maestras tendremos que hacer un triple esfuerzo para que esto pueda funcionar. En una carpa vamos a compartir tres maestras y lo único que nos divide es un pizarrón. Ahora no podemos absorberlos con todo en el tiempo perdido, porque tampoco se trata de forzar el aprendizaje”, aseguró Brenda, maestra de la escuela de párvulos en Alotenango.

Las 20 carpas se encuentran equipadas con mesas y sillas, las cuales no son de un tamaño adecuado para los alumnos de preprimaria, quienes recibirán tres horas diarias de lunes a viernes y será el grado que más tiempo tendrá que pasar en las carpas donadas. En comparación de primaria, ellos únicamente tendrán cuatro horas semanales.



Foto: Osman Velásquez



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“No estamos de acuerdo con esta nueva forma en la que tendremos a nuestros niños. Claro, agradecemos el apoyo, pero en su momento dijimos los padres de familia que preferíamos poner dinero entre todos y alquilar unas instalaciones, para que ellos pudieran recibir en un mejor sitio las clases y las horas que les corresponden”, dijo una mamá, quien tiene dos hijos en preprimaria y primaria.

Una ayuda discutida

“Esto es una pantalla política”, aseguran muchos. Lo que sí es cierto, es que UNICEF invirtió más de Q7 millones para las carpas que serán utilizadas por al menos dos meses, según Oscar Hugo López, Ministro de Educación.

Lo que los padres esperan es no sacar a sus hijos de clases, si el clima llegara a afectar las carpas. El calor y las lluvias podrían ser un enemigo para este reinicio de clases, aunque Carlos Carrera, representante de UNICEF en Guatemala, aseguró que las mismas son capaces de soportar las inclemencias del tiempo.



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