Una iglesia que le roba el sueño de cada noche a los niños y demás vecinos
En una de las colonias de la Comunidad están desesperados. Los niños ya no duermen, los vecinos amanecen desvelados y aunque han suplicado a los fieles de una iglesia cristiana, no reciben respuesta.
Hay días que llega la una de la mañana y los gritos que emiten de esa galera de lámina parecieran más de lamentos que de adoración.
En la iglesia Pentecostés, Luz Verdadera, gritan, se escuchan llantos y quejidos. Los fieles entran en éxtasis, tiran sillas, caen al suelo y no dejan de sonar los aparatos musicales.
Son alabanzas dicen y aseguran es la presencia de Dios en el lugar.
Pero, olvidan algo. A su alrededor hay vecinos, niños que no logran conciliar el sueño porque se asustan.
Las veces que los vecinos de al lado, al frente, atrás de la iglesia han querido hablar con los casi 50 miembros de esa congregación son reprendidos.
A Sandra la vecina le ocurrió. “En nombre de Dios te sacamos los demonios, te reprendemos”, le dijeron.
El pastor de la iglesia, quien además es dueño de la abarrotería más grande del lugar, dice que todas las noches y los domingos suelen orar en voz alta porque lugares como la Comunidad tienen que estar limpios de las influencias del diablo.
Pero, todo esto, a costa del desvelo de quienes no forman parte de esa congregación, sino que profesan la fe católica.
La desesperación se ha apoderado de los vecinos que no saben qué hacer.
Según Sandra ya cerraron una vez la iglesia porque les habían robado los instrumentos, pero la reabrieron y ahora tienen bocinas más grandes.
En Guatemala existen al menos 2,128 iglesias evangélicas establecidas legalmente. Algunas respetan las normas que exige el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) de no irrumpir con la tranquilidad de los vecinos a su alrededor, pero otras como la Pentecostés, Luz Verdadera obvia el ordenamiento.