Desde que comenzó la pandemia por el coronavirus las fronteras en muchos países quedaron cerradas. Esto ocasionó que personas que se encontraban fuera de su país de origen o residencia quedaran varadas en diferentes lugares.
En Guatemala las fronteras fueron cerradas el 16 de marzo de 2020, tres días después de que se presentara el primer caso de COVID-19 en el país. A pesar de que esta medida sería temporal, actualmente continúan cerradas y no hay fecha exacta para reabrir.
Debido a esto, muchos extranjeros que visitaban el país tuvieron que prolongar su estadía más tiempo de lo esperado. Distintas embajadas en Guatemala han organizado vuelos de rescate para los ciudadanos que no pudieron regresar a su país, pero muchas personas prefirieron quedarse en el país, ya que son costosos los vuelos de rescate.
La brasileña varada en Guatemala
Jennifer es una brasileña que a inicios de este año tenía un plan distinto al que acabó teniendo. Luego, de vivir 5 años en Canadá, decidió ahorrar durante un año y emprender un viaje por 15 países en todo el continente americano para finalizar en su país de origen.
Su viaje comenzó en enero de 2020 y finalizó inesperadamente aquí. El lunes 16 de marzo, Jennifer cruzó la frontera de Belice a Guatemala, sin saber que de este no podría salir durante 4 meses.
Estuvo en Petén durante una semana y media, pero luego se trasladó al municipio de Lanquín, en Alta Verapaz, durante casi dos meses estuvo viviendo en un hostal en ese municipio. Según Jennifer, el propietario no dejaba que ninguno de los 10 huéspedes saliera. Si necesitaban algo solo él podía conseguirlo y únicamente podían comer lo que se les brindaba en el lugar.
“Estar encerrada en Lanquín durante casi dos meses es lo más difícil que afronté”.
Tras permanecer encerrada durante casi dos meses, en Lanquín, consiguió juntó a otras cuatro personas el transporte que los trasladara a Antigua Guatemala. La decisión de cambiar de ubicación no fue difícil, pero sí costosa. Conseguir un bus que los llevara entre departamentos tomó mucho tiempo y cuando al fin lo consiguieron el valor del traslado fue de Q2,000.
Al llegar a Antigua Guatemala la situación fue más fácil, ya que en la ciudad colonial había más comercios abiertos donde ella podía comprar de todo para su higiene personal y alimentarse. De igual forma, encontró un nuevo hostal en donde tenía más facilidades y más desocupado.
A pesar de que la Embajada de Brasil está organizando vuelos de rescate para los que se encuentran varados en Guatemala, el precio de los boletos es elevado y requería de una visa americana en vigencia, la cual Jennifer no tenía. Por lo tanto, decidió esperarse un poco más de tiempo.
Después de que sus planes cambiaran, Jennifer decidió darle otro enfoque y pensar en las situaciones positivas de todos los cambios. Para ella, esta experiencia la ayudó más a meditar sobre lo ocurrido.
Después de cuatro meses varada en Guatemala, el 14 de julio de 2020, Jennifer emprendió un nuevo viaje que acabaría en su país de origen, Brasil. Una semana antes recibió una llamada de la Embajada de Brasil en Guatemala que le informaría sobre un vuelo de rescate que salía de Cancún el 15 de julio.
Para regresar a Brasil, Jennifer viajó en carro de Antigua Guatemala a Tapachula, en México, viaje que con frecuencia dura alrededor de seis horas. Al llegar allá tomó un vuelo que la llevaría a Cancún en donde ya podría abordar un avión y viajar durante 7 horas.
Actualmente, Jennifer ya se encuentra en Brasil, pero la experiencia que tuvo como extranjera varada en Guatemala nunca la olvidará. Dijo que durante su estadía conoció a muchas personas que también se quedaron varadas en este país. Agregó que todo lo recordará no como un estropeo en sus planes, sino como una oportunidad para conocer y enfrentarse de manera inesperada a nuevas situaciones.