Del 22 al 27 de enero se llevó a cabo en Panamá la Jornada Mundial de la Juventud, la mayor concentración de jóvenes católicos en el mundo.
Con misas, rezos y expresiones culturales, jóvenes provenientes de 155 países se reunieron para compartir y conocer al Papa Francisco, máximo jerarca de la Iglesia católica.
Los peregrinos se sacrificaron mucho para lograr asistir al evento, organizado por el Papa Juan Pablo II por primera vez en 1984.
Cristian Aguirre y varios amigos fueron parte del grupo de peregrinos de la Pastoral Juvenil de la Prelatura de Esquipulas, Chiquimula.
“Juntos nos preparamos para ir a la Jornada”, comentó Aguirre. Agregó que desde pequeño ha asistido a la Iglesia, ya que nació en una familia católica.
Sin importar el presupuesto, los asistentes viajan largas distancias para convivir durante una semana con personas de su edad que comparten un mismo amor por la fe.
“Esta Jornada Mundial de la Juventud ha superado mis expectativas en todo sentido. Es algo increíble que nunca voy a olvidar, en donde jóvenes de todo el mundo comparten como si fueran amigos de años. Es esa hermandad en Cristo lo que hace de este evento una experiencia hermosa”. Cristian Aguirre.
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“Describiría mi relación con la fe como un misterio maravilloso de amor en el cual sé que siempre tengo a alguien conmigo”, contó Cristian.
Días antes de la fecha esperada, entre todos, acordaron llevar algo que los identificara como chapines, específicamente, como esquipultecos.
Decidieron llevar los famosos sombreritos de Esquipulas. “Son un símbolo único de nuestra tierra y es algo que llamó la atención de todos los peregrinos aquí en Panamá”, mencionó Cristian.
Los jóvenes fueron la sensación en Panamá. Sus sombreros llamaron la atención de los medios de comunicación de todo el mundo que nunca habían visto algo parecido.
El 24 de enero, el Santo Padre fue recibido por miles de católicos adolescentes a su llegada a Panamá. Los esquipultecos madrugaron para apartar un buen lugar y verlo más de cerca.
Monseñor Miguel Ángel Recinos, obispo de la Diócesis de Zacapa y Esquipulas, vio a sus compatriotas desde lejos y les dijo que haría lo posible por acercarlos a Francisco.
Y así fue. El Papa se acercó, estrecharon sus manos y se puso el sombrero de uno de los chapines y se lo llevó.
“Fue un momento de mucha emoción. Es difícil describir lo que sentimos. Todos los jóvenes esquipultecos que tuvimos esta oportunidad nos sentimos muy alegres por esta bendición”, comentó Aguirre.
Las fotografías fueron virales inmediatamente. Era increíble que entre tantas caras, el Papa Francisco se haya fijado en los chapines. Ahora, el Vaticano ya tiene un recuerdo de Guatemala.
“Anímense a participar. Es un sacrificio que se hace, pero lo vale. Es algo inexplicable lo que se vive en una JMJ y sin duda es una experiencia que todos los jóvenes deben vivir”, agregó Cristian.
Panamá recibió más de 200 mil jóvenes entre peregrinos y voluntarios de todo el mundo. La siguiente Jornada se llevará a cabo en Lisboa, Portugal, en 2022.
Así que si quieres asistir ¡comienza a ahorrar!