Era martes por la tarde, cuando Mariana salió de su trabajo, se despidió de sus compañeros a eso de las 2:30 p.m., su oficina está en la zona 10, pero tenía que ir a una cita con su médico en zona 15. Se subió a su vehículo, colocó su cartera en el asiento trasero y su café lo puso en el portavasos.
Mariana tenía que estar a las 3:15 p.m. en su cita y por la hora pensó que no habría tráfico en la Reforma, pero ese día estaba lloviendo y eso afectó a que hubiera más carros de lo normal a esa hora.
Cuando Mariana pasó por la embajada de los Estados Unidos, observó que había un grupo de adolescentes en la esquina, pero no les puso mayor importancia, y únicamente se cambió de carril al lado derecho, lo que sí hizo fue colocar seguro en todas sus puertas.
El asalto que Mariana vivió.
Sin embargo esperando que diera verde el semáforo, este cambio la detuvo, ella trató de buscar a los jóvenes que se encontraban en la esquina y con una mirada rápida no los pudo ver, al cabo de unos segundos escuchó un ruido en su ventana, fue un toc, toc, toc, que la paralizó.
Al voltear a ver, se dio cuenta que era el grupo de cuatro muchachos que ya había visto antes y que ahora tenía al lado de su ventana. El mayor de ellos, que Mariana se imagina tenía como 15 años, era quien portaba el arma y le gritaba desde afuera.
Mariana se quedó paralizada por unos segundos, mientras en la ventana le gritaban, “dame la bolsa hija de puta”, “apurate”, “baja el vidrio cerota”, entre otras cosas. Ella lo único que hizo fue mover su brazo para atrás y jalar su bolsa, en la que llevaba sus documentos, papeles importantes, además de unos exámenes que el doctor le había pedido, sacó su cartera, pero eso no fue todo.
Hasta el café se llevaron.
Uno de los delincuentes, tal vez el menor de ellos tenía 12 años, cree Mariana, él se acercó y le arrebató una cadena de plata que cargaba en el cuello, pero el niño aún se quedó viendo dentro del carro, le pidió el café que tenía adelante, que por temor se lo dio, estaba tan asustada que para ella fueron horas las que estuvo allí detenida.
El semáforo dio verde y Mariana tenía tanto miedo que no podía poner en marcha su carro, pasaron unos minutos y continuó su camino en dirección a zona 15, al pasar a un costado de la Guardia de Honor, lloró por lo que había vivido.
Al llegar donde el médico llamó a su esposo para decirle lo que había pasado, pues su celular lo había guardado en la guantera.
Llegaron a traer a Mariana y, a partir de ese día prefiere no transitar por la Reforma, aunque colocó la denuncia, el miedo aún no desaparece.
Recientemente en redes sociales ha circulado un video, en el cual se puede observar que un grupo de jóvenes asaltan a un conductor, según Mariana puede que sea la misma banda que le robó a ella.
En Relato te contamos cuáles son los puntos donde más asaltos se dan en la ciudad de Guatemala.
