En las últimas semanas se ha visto cómo los casos de COVID-19 han aumentado en el país y la curva de contagios no parece disminuir rápidamente. Un virus que muchos en algún momento veían lejano, en la actualidad está en Guatemala.
La incertidumbre puede llegar a apoderarse de los contagiados, no solo por el miedo de su salud, sino también porque no saben dónde obtendrán esa ayuda médica que necesitan en momentos difíciles. Muchos no tienen los recursos suficientes para acudir a un hospital privado, en donde solo el ingreso puede llegar a costar hasta Q70 mil y tampoco desean acudir a los centros de salud pública que cada día se ven más desbordados.
Debido a la crisis, el doctor especializado en neumología decidió implementar una alternativa para los contagiados. Comenzó a diagnosticar y a tratar a los pacientes contagiados por el coronavirus desde sus casas y se convirtió en un médico a domicilio.
Noé Díaz, el médico que rompió las barreras
Noé Díaz es un médico especializado en neumología que luego de estudiar durante cuatro años en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) en México, regresó a Guatemala y comenzó a trabajar en el departamento de Sacatepéquez.
Al comienzo de esta crisis de salud, en la que nos encontramos actualmente, decidió investigar un poco más sobre la enfermedad que estaba afectando a todos los países del mundo y al darse cuenta de la gravedad de la situación actuó. Díaz empezó a atender a los contagiados en sus casas.
Cada día, Díaz se alista para visitar en sus casas a aproximadamente 30 pacientes contagiados desde casa. Para realizar esta labor debe utilizar trajes especializados, caretas, mascarillas, incluso usa ropa distinta a la que acostumbraba a tener en su guardarropa. Este médico arriesga su vida para atender a los enfermos, sin saber las condiciones que encontrará en las viviendas.
El procedimiento que sigue el doctor es sumamente riguroso. Al momento de que una persona obtiene positivo en la prueba de coronavirus procede a realizar un estudio completo de la salud del paciente para determinar la gravedad de su situación para definir si puede ser tratado desde casa o es necesario que asista a un hospital.
Durante el tiempo que sea necesario, el doctor Díaz asiste a los hogares de sus pacientes con el objetivo de mantener un constante control de su salud. Con frecuencia la enfermedad puede durar 14 días, pero él prefiere que estén en cuarentena 28 días para evitar que la persona continúe propagando el virus.
De igual forma, Díaz atiende a muchos pacientes que cuentan con distintas enfermedades pulmonares o respiratorias. Para evitar que asistan a su clínica privada y exponerlos al virus, se encarga de llamarlos por teléfono todos los días y darles seguimiento de su estado de salud.
“Lo más importante es la prevención y no relajarse”.
Cada día, Díaz arriesga su vida para atender a más pacientes contagiados por COVID-19 desde sus casas y brindarles la mejor atención. Él, como otros médicos, considera que los guatemaltecos deben continuar cuidándose y tomando en cuenta todas las medidas de prevención, como el uso de la mascarilla y el constante lavado de manos.