Por Juan José Muralles y Cristian Ramírez
Un video donde se ve a una persona tratando de hablar con un médico quien posee su clínica en un edificio en la zona 9 colmó las redes sociales y se volvió tendencia en las diferentes plataformas. Se pudo observar cómo el doctor, que recibe un pago por prestar servicios al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), da un portazo en la cara de un individuo.
¿Qué pasó? ¿Por qué esa actitud del médico hacia los familiares de un paciente? Relato.gt, logró contactar a Jorge Higueros, yerno de Benjamín Conchas Quinteros, de 68 años, sobreviviente de dos paros cardíacos y quien recibió el maltrato de parte del Dr. Julio Alejandro Arriola López, protagonista del video dentro del Instituto de Innovación Cardiovascular.
“Esta era la tercera cita con el médico. En la primera atendió digamos que amablemente. A mi suegro le pareció la atención y decidió quedarse con él”, recordó Higueros sobre esa vez en que asistieron al instituto. Tras la primera impresión, ambos asistieron a una segunda cita, pero los gastos no fueron cubiertos por el IGSS en esa ocasión. “Nosotros teníamos planeado un control paralelo al del IGSS”, aseguró sobre los exámenes que le llevaban a Benjamín.
“La situación y salud de don Benjamín no es tan sencilla”.
Jorge Higueros
El estado de salud de don Benjamín requería de atención especial, debido a que, según Higueros, “hace 4 días tuvo un colapso de azúcar y estuvo prácticamente muerto por hora y media hasta que los paramédicos pudieron revivirlo. Ahora, debe mantener una rutina de horarios para comer y tomar su medicina”. Para malestar de los Conchas Quinteros y los familiares que le acompañaban, la segunda cita fue una experiencia desagradable. “Nos solicitaron llegar a un horario específico, pero tuvieron a mi suegro sentado por más de dos horas”.
“Está trabajando con el 52 por ciento de su corazón a raíz de sufrir dos paros cardíacos este año”.
Para la tercera cita, que era por parte del IGSS dentro de las instalaciones del Instituto de Innovación Cardiovascular y realizada este jueves 15 de octubre, la situación solo empeoró. “Ayer llegamos unos minutos antes y lo tuvieron esperando nuevamente un buen rato. Por protocolos del edificio y la clínica solo permiten entrar al paciente. Nosotros estábamos en el primer nivel y decidí subir para saber qué estaba pasando. Cuando llegué otra vez mi suegro estaba sentado como en la segunda cita”.
Higueros decidió hablar con alguien de la clínica para agilizar la atención hacia su suegro por su estado de salud. “Su cita era a las 12:00 horas y eran las 13:30. No queríamos que pasara otro colapso como el que vivió días antes. A él se le llamó por lo del colapso y no le pusieron mayor atención”.
El médico sabía de la situación del suegro de Higueros. El policía de la clínica le comentó a Jorge que no se le atendía a su suegro por una emergencia con unos pacientes. Posteriormente, una empleada del instituto afirmó que no se le podía atender “porque se estaban atendiendo a unos pacientes con COVID-19”.
Para Higueros esta versión es contradictoria a las medidas de higiene que posee el edificio para evitar que el COVID-19 entre. “Mi suegro no quería quedarse, pero le dije que mejor esperara porque ya estábamos aquí y accedió”.
El enojo
A los 10 minutos que había bajado Jorge, su suegro bajó. “El médico no quiso atenderlo y lo sacó de la clínica”. Según relató don Benjamín, lo entraron, el doctor se tardó unos minutos más y, al preguntarle a su paciente cómo se encontraba, “mi suegro le comentó que estaba molesto porque es la segunda vez que lo dejan esperando, tenía hambre y él había llegado a su hora establecida”.
El galeno le contestó que sería la última vez que lo iba a atender, sabiendo que ellos estaban incumpliendo con su servicio. “Él ya iba con la actitud de pelear. Le indicó a mi suegro que por qué alegaba si en el IGSS los hacen esperar de 5 a 6 horas y no dicen nada”.
“Uno entiende que ellos pueden tener muchos pacientes, entonces deberían tener más personal”, reflexionó Higueros.
El médico le dijo a don Benjamín que se fuera de la clínica y pidió a su asistente que grabara. “Le mencionó que mi suegro no le estaba pagando nada y no se recuerda que en la segunda cita le cancelamos nosotros y esta vez es el IGSS quien paga”. En la segunda cita en el Instituto de Innovación Cardiológica, don Benjamín desembolsó Q400 por ser referido del IGSS, aunque normalmente la clínica cobra Q600, según Higueros. Después, él se quedaría pagando Q300.
“Él tenía que aceptar, disculparse y atender al paciente. En otros lugares se disculpan por la demora. Mi suegro le pidió la nota del IGSS y no se la quería dar sabiendo que no lo iba a atender”, aseguró Higueros sobre la discusión de su suegro con el doctor.
“Le dijo que se fuera o lo sacaba”.
“Mi suegro se le plantó y le dijo que lo sacara. El doctor le pidió a una señorita que grabara y ella le hizo ver que no era la manera. No sabemos si él tuvo un mal día. Pero, ¿cómo se va a poner a pelear con un señor de 68 años, que es su cardiólogo y que de un enojo se puede morir?”, relató Higueros.
Al final, el galeno decide llamar al de seguridad de la clínica, toman del brazo a don Benjamín y este decide salir por voluntad propia con su nota médica en mano. Luego de esto, la familia de él sube y se topan con la sorpresa que el médico había llamado a más elementos de seguridad del edificio.
El Dr. Julio Alejandro Arriola López, protagonista en el video que circula en redes sociales, se molesta con la esposa de Jorge Higueros, hija de don Benjamín, por estar grabando lo sucedido. “Mi esposa decide grabar por si nos querían hacer algo. Esto enojó al galeno y es cuando me tira la puerta en la cara”.
A partir de esta situación y la viralización de las imágenes tomadas por la hija de don Benjamín, la denuncia llegó hasta el IGSS. Según Higueros, las autoridades del IGSS se comunicaron con ellos para saber lo que había pasado e iniciar con una investigación. Según el Departamento de Prensa del IGSS, actualmente se está haciendo una investigación de oficio en el Instituto de Innovación Cardiovascular. Por otro lado, el IGSS recordó a los afiliados que pueden denunciar al 2412-1200.
Jorge Luis Ranero, presidente del Colegio de Médicos y Cirujanos de Guatemala, anunció: “La Junta Directiva ha remitido la denuncia al Tribunal de Honor para que este proceda según los reglamentos del colegio a la investigación correspondiente”.
Relato intentó contactar al instituto para saber su postura sobre lo sucedido. Sin embargo, los números que se encontraban relacionados a la clínica ubicada en el edificio de Zona Médica, en la zona 9 capitalina, fueron desconectados, no responden las llamadas.
Las páginas de Facebook del Instituto de Innovación Cardiovascular ahora no aparecen dentro del buscador de la plataforma y solo resalta el mensaje de “este contenido no está disponible en este momento”.
Desde el 2016 son proveedores de IGSS
Luego de que se fundó esta empresa, ha atendido a pacientes del IGSS desde el 2016 por sus servicios de cardiología. Por ello, el Instituto de Innovación Cardiovascular aparece dentro del portal de Guatecompras como un proveedor desde el año en que iniciaron a atender pacientes. Según la plataforma, su representante legal es Julio Rafael Arriola Guerrero.
Aunque ha realizado servicios principalmente para el IGSS, este instituto ha sido contratado por entras entidades del Estado como el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social y el Ministerio de la Defensa Nacional. Desde el 2016, el Instituto de Innovación Cardiovascular ha recibido hasta Q12 millones 750 mil 199. Durante el 2020, se le han designado Q3 millones 482 mil 474.80.