En 2018, Guatemala ocupó el primer lugar en Latinoamérica como el país que menos basura produce, según estudio realizado por el Banco Mundial (BM), titulado como “Los desechos 2.0: un panorama mundial de la gestión de desechos sólidos hasta 2050”.
De acuerdo con dicho análisis, en Guatemala cada persona genera 0.47 kg, un poco más de una libra de desechos al día; le siguen Bolivia, Honduras, Cuba y Perú. A diario, en Ciudad de Guatemala se recolectan alrededor de 100 toneladas de basura en un día normal de trabajo, según el alcalde Ricardo Quiñonez; estas provienen de las 22 zonas y los 14 municipios aledaños que posee la capital.
Muchos de los residuos que se producen en la capital son desechos orgánicos, así como materiales reciclables que tienen un gran potencial de ser reutilizados, como papel, cartón, plástico, textil, vidrio, madera, hojas, metal, piedra, caucho, tierra y cenizas.
Según datos del BM, la región de Latinoamérica es la que menos recicla del mundo: tan solo un 4.5 por ciento de su basura, cuando el promedio de reciclaje del planeta es del 13.5 por ciento.
Impacto de la basura
Si bien parte de las responsabilidades de la Municipalidad de Guatemala es la recolección de basura, también es nuestra obligación tratar de mantener la ciudad limpia. “La gente es bien sucia. Veo personas, todos los días, tirando basura desde los buses y carros”, dijo Andrea Girón, ambientalista.
La acumulación de desperdicios causa la proliferación de plagas y microorganismos que generan enfermedades gastrointestinales, respiratorias y aquellas causadas por hongos. Entre las principales dolencias producidas por la acumulación de basura se encuentran: infecciones en el estómago, amibiasis, cólera, tifoidea, así como contaminaciones de las vías respiratorias.
Impactos ambientales
La contaminación del agua se debe a la basura que tiramos en ríos y cañerías. En los lugares donde se concentra basura se filtran líquidos, conocidos como lixiviados, que contaminan el agua del subsuelo y de la que, en nuestra ciudad, todos dependemos. La descarga de la basura en las vías públicas también trae consigo la disminución de los cauces y la obstrucción tanto de estos como de las redes de alcantarillado. En los períodos de lluvias ocasionan inundaciones.
• La contaminación del suelo, la presencia de aceites, grasas, metales pesados y ácidos, entre otros residuos contaminantes, alteran las propiedades físicas, químicas y de fertilidad de los suelos.
• La contaminación del aire y los residuos sólidos abandonados en los basurales a cielo abierto deterioran la calidad del aire que respiramos, tanto localmente como en los alrededores, a causa de las quemas y los humos que reducen la visibilidad, así como del polvo que levanta el viento en los períodos secos, ya que puede transportar a otros lugares microorganismos nocivos que producen infecciones respiratorias e irritaciones nasales y de los ojos, además de las molestias que dan los olores pestilentes.
Foro Promoviendo Una Guatemala Sostenible
Distintos sectores se reunieron el pasado 3 de septiembre para hablar sobre la problemática de la contaminación y el manejo de desechos en Guatemala. Alerick Pacay, director ejecutivo de Semillas del Océano, explicó: “En Guatemala tenemos altos niveles de contaminación, debido a nuestra comodidad y a que todo lo que hacemos hoy en día es desechable. El problema de la basura es responsabilidad de todos (gobierno, empresas y usuarios).
Dentro del foro, se habló de uno de los retos más graves que enfrenta el mundo: el mal manejo de los desperdicios de plástico. Organizaciones como WWF han enfocado muchos de sus esfuerzos para combatir la contaminación por plástico, el cual se ha convertido en una gran amenaza para la vida silvestre y marina, no solo por la ingestión de microplásticos, sino también a través de la destrucción de sus hábitats.