La pandemia del COVID-19 detuvo al mundo por completo. Los barcos volvieron a atracar, los aviones se quedaron en tierra, los buses apagaron sus motores y los viajeros tuvieron que quedarse en casa. Por varios meses, conseguir un viaje para realizar turismo era impensable, debido a que el fácil contagio del coronavirus cerró fronteras de todo el mundo.
Con la industria turística en peligro, varias compañías han buscado la manera de poder reactivar sus operaciones de viajes y evitar la bancarrota. Entre uno de estos modelos, se encuentran los cruceros. Con paseos semanales hacia algunas playas, gigantescos barcos llenos de almas buscan brindar lujo, diversión y grandes experiencias a través de un recorrido en el mar. Rutas como las del mar Caribe, Bálito, por el Mediterráneo o las islas griegas son parte de los viajes más comunes.
El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos decidió levantar la restricción de viajes por crucero en octubre, por lo que esta industria volvería a funcionar tras 7 meses de parón total. Sin embargo, la compañía debía realizar viajes de prueba para verificar las medidas. La mayoría de cruceros decidieron cancelar todas sus rutas hasta el 2021, pero varias embarcaciones del Mediterráneo decidieron continuar funcionando
Entre las compañías que iniciaron pruebas con pasajeros se encontraba el SeaDream 1, que se convirtió en el primer crucero del mar Caribe en volver a navegar luego de que iniciara la pandemia y marcaría el paso para otros 22 viajes planificados por la compañía de cruceros. En total, 57 pasajeros tendrían el privilegio de estar en el viaje. Dentro del grupo, se encontraba un conjunto de periodistas, reporteros y blogueros que habían sido invitados para poder documentar la experiencia.
El SeaDream 1 contaba con un sistema de pruebas de COVID-19 que los pasajeros debían realizar periódicamente para evitar contagios. La ruta iniciaría en Barbados y pasaría por sectores como San Vicente y las Granadinas y Granada. Pero, para infortunio de los viajeros, una persona de origen danés resultó positivo en el regreso del barco.
La persona fue puesta en cuarentena junto al resto de personas que habían tenido contacto con el pasajero contagiado. Sin embargo, solo fue cuestión de días para que los infectados aumentaran, alcanzando la cifra nueve contagiados. Debido al peligro, ninguno podía abandonar la nave cuando la embarcación se vio obligada a regresar a Barbados. Transcurrió más de una semana para que más de 40 personas que habían resultado negativas pudieran salir del barco. Los pasajeros con COVID-19 positivo tuvieron que regresar a sus hogares días después y en un avión privado a sus hogares en Estados Unidos Reino Unido, Austria, Dinamarca, Noruega, Suecia y Alemania.
Ante la situación vivida en el SeaDream1, la CDC volvió a levantar una alerta a los viajeros para que “todas las personas eviten viajar en cruceros” este 23 de noviembre. Según la agencia estadounidense, las alertas están compuestas por cuatro niveles según el peligro de contraer COVID-19.
Por otro lado, la compañía SeaDream también decidió cancelar todos sus futuros viajes hasta nuevo aviso. ¿Consideras que fue una buena decisión activar momentáneamente las rutas de cruceros?