Los artistas que se dedican al entretenimiento infantil en Guatemala están pasando por momentos críticos. La pandemia, aparte del impacto en la salud, ha dejado a miles de payasos sin poder trabajar en lo que más aman, ver las sonrisas y escuchar los aplausos de los niños y adultos.
Desde el 13 de marzo del presente año comenzaron las disposiciones del Gobierno, el objetivo: intentar combatir el COVID-19. Desde ese momento, las personas que trabajan como payasos empezaron a recibir llamadas para cancelar los eventos que tenían previstos.
Este es el caso de Juan Estuardo Pirir Alvarado, de 40 años, quien se dedica a esta profesión.
Estuardo lleva más de 20 años caracterizándose de payaso y presentándose en fiestas infantiles. Su última presentación la realizó el 14 de marzo de 2020, luego se prohibieron las actividades de más de 10 personas, que dejó su labor estancada hasta la presente fecha.
Pirir Alvarado es conocido como el payasito Chapito, tenía una agenda llena para los domingos de marzo y abril. Lamentablemente, empezó a recibir llamadas de cancelación, que comprendió entendió debido a la emergencia sanitaria que comenzaba en el país.
Otras personas no cancelaron de inmediato y le dieron la opción de posponer el evento, al creer que la crisis pasaría rápidamente. Actualmente, el país mantiene distintas disposiciones desde hace 4 meses y se desconoce cuándo podrán salir, por lo que se canceló todo.
Además de su profesión de payaso, Estuardo trabajaba en restaurantes en la zona 10 como cantante, destacándose como imitador de otros reconocidos artistas. Un trabajo que realiza desde hace 5 años y que también quedó suspendido por el cierre de negocios.
Como cantante trabajaba los viernes y sábados por las noches, siempre esperaba los llamados para actuar. En el tema de restaurantes no tenía un contrato de empleado, lo llamaban para cada presentación por lo que era día trabajado, día pagado.
Los días después del caso 1
Estuardo Alvarado explicó que se quedó sin ingresos desde la quincena de marzo. Comentó que durante los dos primeros meses de la pandemia pudo mantenerse con ahorros que tenía debido al fin de año de 2019, ya que noviembre y diciembre es temporada alta para los eventos por convivios y fiestas.
En enero y febrero, pese a que tuvo presentaciones como cantante y payaso, no fueron muchos. Lamentablemente, para Chapito, el problema del coronavirus se ha extendido en casos y tiempo. Por ello, desde mayo decidió trabajar entregando encomiendas en una imprenta.
“Gracias a Dios, me ha proveído de alimento y tengo un techo donde vivir. Tengo la bendición de tener una mi motita, entonces con amigos y conocidos, uno de ellos que tiene una imprenta en la zona 1, me ofrecí para hacerles mandados y servirle de mensajero”, dijo Estuardo.
“Así es como he ido juntando un poco de dinero, es lo mínimo pero al menos me permite tener lo justo y necesario para sobrevivir”, expresó Estuardo. Añadió que mantiene la fe de que termine pronto la crisis por el coronavirus y volver a presentarse en los escenarios y las fiestas infantiles.
Pirir Alvarado indicó que él y sus compañeros de profesión aún mantienen comunicación con sus clientes para que sepan que siguen a la espera de oportunidades. Además, de poner desde ya su contacto en Facebook como Estuardo Alvarado, para próximas contrataciones.
El trabajo de payaso
Su inicio en esta profesión se dio en la iglesia de Santa Luisa, en la zona 6 capitalina, donde participaba dando catequesis de primera comunión y confirmación. En un retiro de catequesis, los coordinadores decidieron contratar a un payaso para que animaran a los niños.
“Todos estuvimos de acuerdo, pero no teníamos fondos, así que yo me ofrecí para disfrazarme de payaso. A las personas, casi 300, les gustó mi interpretación y comenzaron a contratarme para las fiestas de sus hijos y así fue cómo empecé”, relató Estuardo.
“Chapito” explicó que al principio no tenía técnica ni vestuario y no sabía cuánto cobrar, por lo que solo pedía una ofrenda. También, comentó que no sabía cómo maquillarse y usaba en las primeras ocasiones el maquillaje de su mamá, en esos días decidió dedicarse a dicha profesión.
“Desde ese momento me interesé para prepararme y estudiar para tener la técnica adecuada”, mencionó Pirir Alvarado.
Chapito estudió en la asociación de payasos ubicada en zona 1. “Allí llegan payasos de otros países para enseñar técnicas y otros amigos me dieron tips para ir mejorando. Mi próxima meta es incluir un poco de magia cómica a mi presentación”, concluyó.
Estuardo Alvarado Chapito espera que esta situación se mejore pronto. Reconoce que los artistas fueron los primeros que cerraron y serán los últimos en volver, debido a que debe mejorar la economía de los clientes primero para que los empiecen a volver a contratar como payaso o cantante.