Su historia comienza como una aldea del municipio de San Antonio Suchitepéquez, pero en 1867 fue elevado a la categoría de municipio y se le llamó San José el Ídolo. Enclavado en la ruta que conduce a occidente, este pequeño asentamiento no difiere mucho de otros en el área, pero un pequeño detalle lo coloca en una categoría muy particular. “La limpieza” del hogar de 12 mil habitantes, nos recuerda que una vida ordenada y digna es posible.
Desde el acceso a la cabecera, la pulcritud de la localidad llama la atención. Una ciclovía, paradas de buses y jardinización sorprenden a los visitantes. Una mirada a las calles podría dejar perplejo a cualquiera, pues en ningún lugar se pude ver basura tirada.
Josefina Anzueto, quien ahora vive en la capital, recuerda que en su “terruño” se le dio siempre valor a vivir con dignidad. “Mire éramos bien pobres, pero en las casas no faltaba un bote de basura y a diario se limpiaba la entrada”, recuerda. Y es esa cultura la que hoy diferencia a su municipio de otros en la región.
En cada cuadra, esquina y casa de San José el Ídolo no falta un basurero. La misma municipalidad se encarga de recoger los desechos y trasladarlos para mantener el ornato de la cabecera. Incluso en las ventas que se apostan a un costado de la Iglesia, los marchantes disponen de cubetas para recoger la basura.
El municipio, que recibe su nombre del padre de Jesús de Nazaret, lo complementa con una leyenda. Según los pobladores con la llegada de los españoles fueron encontradas muchas piedras enterradas en forma de ídolos. Los dos conceptos se fundieron, ya que, según la tradición, los extranjeros llevaban una imagen de San José a su paso por el lugar. No fue sino hasta la hora de marcharse, que los recién llegados no pudieron cargar la estatua y decidieron regalársela a la aldea.
Fue por eso que el expresidente Vicente Cerna dio la orden de que al municipio se la llamara como hoy se le conoce. Con un barrio, cinco aldeas, once caseríos, veintiocho fincas y una hacienda, la cabecera está ubicada entre dos ríos: el Ixtacapa y el Chegüez. Mismos que hacen de sus tierras sumamente fértiles.
Hoy, RelatoGT aplaude a San José el Ídolo, a su comuna y los buenos hábitos de sus vecinos, quienes nos dan una muestra de que vivir con dignidad, comienza con los buenos hábitos de la casa.