Su imagen se hizo viral, una mascota color negro con blanco sentada en medio de las cenizas recorrió las redes sociales, su nombre es Sammy una perrita que trabajó junto a Conred y los Bomberos Voluntarios y Municipales tras la erupción del Volcán de Fuego.
Los Bomberos Voluntarios, Municipales, Policía Nacional Civil o Cruz Roja tienen perros especiales de búsqueda y rescate, que son necesarios en eventos de esta magnitud.
El objetivo de Sammy era acompañar y ayudar a las personas y rescatistas que se encontraban trabajando en la aldea El Rodeo, departamento de Escuintla. Sin embargo, en las labores que llevan a cabo los cuerpos de socorro de rescate no han estado acompañados de estos animales. Esto se debe al calor excesivo y la cantidad de gases emanados por el volcán tras la erupción.
En este caso específico, el flujo piroclástico es una mezcla de gases volcánicos caliente y aire atrapado, que se mueve al nivel del suelo. Puede tener una velocidad entre 10 a 200 kilómetros por hora y con una temperatura de 700 a 1200 grados centígrados.
“Además, factores como la falta de aire, la utilización de mascarillas, donde las botas llegan a derretirse, a un perro le causaría problemas respiratorios por la utilización de su olfato, al buscar también le causaría quemaduras de segundo grado”, explica Rubén Marroquín, veterinario y auxiliar de rescate retirado.
El dueño de Sammy compartió en sus redes: “Que en ningún momento se ha puesto en una situación de peligro. Por la forma en que se ha dado este desastre es imposible que ningún tipo de perro pueda apoyar en tareas de rescate o búsqueda”.
Para ser un perro rescatista, se necesitan ciertos implementos para proteger a los caninos de cualquier daño, en el caso de Sammy porta una pechera de rescate, un lazo y un arnés. Otros implementos necesarios para realizar esta heroica tarea son:
Unas pequeñas botas que protegen sus patas de cualquier objeto cortante del suelo, que pueden llegar a costar hasta US$17 en sitios de Internet.
Un buen arnés ronda entre los US$20, igual que una pechera.
Los perros necesitan por lo menos dos años de entrenamiento para poder ejercer de rescatistas y seguir un riguroso entreno durante su vida.
“Los perros son capaces de empatizar con los sentimientos de las personas, por tanto sienten el dolor y la pena. Pero en estos casos actúan de una manera diferente. Para ellos, la búsqueda de las víctimas es como un juego. Consideran que la búsqueda de personas es su premio ya que han sido adiestrados para ello”, indica Marroquín.
Algo que no se puede negar es la labor inigualable de estos perros, el enorme esfuerzo que realizan y la satisfacción que sienten cuando logran realizar los rescates adecuadamente. Estos animales son unos auténticos héroes, gracias a ellos muchas personas vuelven a nacer y se sienten reconfortados.