Guatemala, por su ubicación geográfica, es el canal perfecto para la transportación de drogas que viajan desde Colombia y se dirigen a México o Estados Unidos. La astucia de los narcotraficantes cada día aumenta, y es que buscan distintas maneras para transportar la cocaína.
En el país, las pistas clandestinas es uno de los medios “favoritos” que estos utilizan. Según el Ministerio de la Defensa, en el 2019 inhabilitaron 28 pistas de 40 que han sido detectadas como ilegales, de las cuales algunas fueron ubicadas en Alta Verapaz, Izabal, Retalhuleu y Petén.
En lo que va del 2020, las autoridades han inhabilitado nueve pistas clandestinas, siendo más de las siete que se habían trazado como meta en los primeros cien días de Gobierno. Entre ellas se encuentra la pista ubicada en Tres Lagunas, Ixcán, Quiché.
Esta última pista cuenta con 1,800 metros de largo; se ubica en medio de los cultivos de maíz de la aldea Tres Lagunas y cerca de las orillas del río Chixoy. Los comunitarios han estado en desacuerdo con las acciones que el Ministerio Público, la Policía Nacional Civil y el Ejército de Guatemala han tomado para destruirlas.
“Nos están destruyendo nuestros cultivos, tenemos que protegerlos. A ver quién se rinden primero, el gobierno o los campesinos”, mencionan los pobladores.
En el lugar, el cuerpo de ingenieros del Ejército ha realizado once cráteres de cinco metros de diámetro, y metro y medio o dos de profundidad, según el tipo de terreno. Esto permite que las avionetas que transportan drogas ilícitas no aterricen en la pista.
“No se hace de forma arbitraria, sino que se realiza un trámite legal y con una orden de un juez competente para hacer este tipo de inhabilitación. La misma consiste en hacer obstáculos en la pista para que esta no pueda seguir siendo utilizada para este tipo de operaciones”, indicó el coronel Rubén Antonio Téllez, subdirector general de prensa del MDN.
El método que se utiliza en la habilitación de pistas clandestinas es la perforación en el suelo para insertar explosivos y que estos hagan abolladuras en el mismo. Esta medida no es permanente, afirmaron las autoridades.
“Alguien puede venir con maquinaria y rellenar nuevamente el agujero, pero la pista queda marcada, logrando que las operaciones ilícitas se eviten por un tiempo”, resaltó el coronel Téllez.
Sin embargo, las medidas que se toman para prevenir el contrabando en este tipo de lugares también dependen de los pobladores del lugar, ya que si estos se encuentran en desacuerdo pueden ingresar maquinaria y volver a rellenar los agujeros.
“Lo que buscamos, aparte de evitar el uso de carreteras y las pistas para estos fines, es también proveer seguridad en la población, ya que este tipo de flagelo viene afectar directamente a la población civil. Esperamos que la población, en algún momento, logre comprender esto”, agregó el coronel Téllez.
Las acciones que se han tomado para detectar pistas clandestinas en el país se deben al plan de trazas que realizan para seguirle la pista a las avionetas que ingresan al país sin autorización, y así poder marcar los puntos en los que aterrizan para incautar la avioneta o que estos no toquen tierra guatemalteca.
A pesar del trabajo de las autoridades, se debe concientizar a las comunidades para no permitir que existan este tipo de actos ilícitos que pueden afectarlos. Este es un trabajo en conjunto entre el gobierno y pobladores, quienes al denunciar y permitir que se inhabiliten las pistas ayudan a frenar el narcotráfico en Guatemala.