Un espacio donde más de 247 especies animales conviven con un bosque que brinda aire fresco a la Ciudad de Guatemala. La Finca El Socorro en la zona 16 capitalina se había convertido en uno de los últimos pulmones de la urbe. Sin embargo, las excavadoras comenzaron a llegar durante el segundo semestre del 2020 y los árboles comenzaron a caer debido a la construcción de un espacio habitacional.
El proyecto “El Socorro fase I Finca El Socorro fase IA” provocaría el movimiento de más de 42 mil metros cúbicos de tierra para crear hasta 10 edificios de apartamentos que contarían con áreas de juegos y comerciales, sótanos y oficinas. Planteado como un megaproyecto para vivir entre el lujo de las cercanías de Ciudad Cayalá, las constructoras comenzaron con la invasión al hogar de cientos de especies de flora y fauna.
Vecinos y activistas no esperaron a que los troncos fueran cortados y que el bosque se convirtiera en la zona cero de una construcción. Para el 7 de octubre de 2020, 10 oposiciones fueron presentadas al Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN). Pocos días después, las investigaciones para determinar el impacto que tendría el proyecto habitacional dentro de la zona.
Desde el legislativo, las irregularidades de la construcción también se tornaron en denuncias. Los diputados Samuel Pérez y Román Castellanos de la bancada Movimiento Semilla presentaron una oposición al Estudio de Impacto Ambiental realizado por el proyecto inmobiliario.
Pérez comentó que “nosotros empezamos a ver opiniones de diferentes sectores respecto al proyecto. Habían quejas de vecinos de la zona 15 y 16 que estaban preocupados por lo que estaba sucediendo. Empezamos a indagar en el Instituto Nacional de Bosques (INAB), el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) y la Municipalidad de Guatemala.”
El legislador también recuerda que “tuvimos acercamientos con movimientos estudiantiles de la Universidad del Valle y Rafael Landívar, además vecinos de El Socorro. Luego, entablamos una mesa de trabajo con el Colegio de Farmacéuticos y Químicos de Guatemala (COFAQUI) yl as autoridades para aclarar lo que sucedía en el proyecto inmobiliario en zona 16.”
Durante la investigación, Pérez aseguró que los dueños se negaron a aceptar una visita en el sitio para verificar que las áreas protegidas no se estaban destruyendo. Los estudiantes demostraban que el estudio de impacto estaba mal hecho. Tanto el INAB como el CONAP aseguraban que existían especies de flora y fauna en la zona, además de un sector del bosque considerado como área protegida. El problema que tuvimos fue que se trataba de propiedad privada. Cada persona hace lo que quiera dentro de su propiedad mientras no afecte áreas protegidas. Los dueños argumentaron que no se estaba talando dentro del espacio protegido.”
A pesar de que distintas entidades y varios vecinos del sector habían denunciado las inconsistencias del Estudio de Impacto Ambiental, la maquinaria seguía llegando a El Socorro. En redes sociales, usuarios publicaban distintas fotos de cómo el bosque era destruido mientras el MARN no se pronunciaba.
Activistas y estudiantes se manifestaron en distintas ocasiones durante octubre de 2020. Incluso, se realizó una recolección de firmas para evitar que la tala continuara dentro de El Socorro.
238 días para detener la destrucción de El Socorro
Hasta ocho meses pasó el MARN bajo silencio mientras las obras en El Socorro continuaban. COFAQUI decidió realizar un amparo contra el Ministerio de ambiente ante la larga espera de respuesta a las diversas denuncias y oposiciones contra la construcción.
A pesar de que tenía un plazo de 30 días para atender a las distintas quejas de la población de zona 15 y 16, además de varias organizaciones, entidades y diputados del Congreso de la República, fue hasta el pasado 3 de junio que el MARN decidió hacer oficial la no aprobación del Estudio de Impacto Ambiental para la construcción de edificios residenciales en El Socorro.
Según un comunicado publicado por el MARN, “luego de los análisis técnicos, jurídicos y ambientales de la documentación presentada por los proponentes y de las opiniones técnicas de las distintas dependencias consultadas, la Dirección de Gestión Ambiental y Recursos Naturales del MARN resolvió no aprobar el instrumento ambiental para dicho proyecto.”
La decisión del MARN habría sido fundamentada con el Reglamento de Evaluación, Control y Seguimiento Ambiental y gracias a inspecciones de campo realizadas en el sitio del proyecto inmobiliario en El Socorro. Además, el MARN estableció que existían datos contradictorios dentro del Estudio de Impacto Ambiental y que la “información consignada en el documento no corresponde a la contemplada.”
Sin embargo, la resolución del MARN sufrió un segundo retraso, ya que el dictamen había sido aprobado el pasado 6 de abril.
A pesar de que la maquinaria se vio obligada a detenerse y los árboles tendrían que dejar de ser cortados por la constructora en El Socorro, el daño ya estaba hecho. Pérez aseguró que se realizará un seguimiento en el sector para determinar el daño realizado por las obras sin contar con el Estudio de Impacto Ambiental aprobado. “Esta situación nos hace reflexionar sobre la importancia de recuperar espacios públicos. No vale que sea propiedad privada si va a afectar a vecinos y al medio ambiente. Vamos a pedir información a las autoridades de ambiente y la Municipalidad de Guatemala sobre lo que ellos lograron comprobar de lo que se pudo perder en El Socorro” explicó el diputado de la bancada Movimiento Semilla.
¿Crees que debería existir un castigo a los dueños del proyecto si se comprueba un daño al área protegida de El Socorro?