Rudy vive en zona 6, en los proyectos 4-4, y ya está cansado de no tener agua. Pasan los días y no ve ni gota, pero desde hace algún tiempo tiene una rutina para poder conseguir el vital líquido.
Rudy ya sabe que hay días donde el agua cae en la madrugada, por lo que se levanta a las 3:00 a llenar la pila, consigue los pocos botes que tiene y los alinea para poder llenarlos fácilmente.
Lo primero que Rudy llena es la pila, porque le cabe más, y ya con eso pueden lavar trastes y hasta bañarse.
Pero Rudy no vive solo, tiene una familia de cinco personas que también tienen necesidades que suplir. A veces cae agua un día, pero deja de caer tres.
Él sabe que entre las necesidades básicas que tiene la familia está bañarse, ir al sanitario, lavar platos y las manos, pero el agua se va escaseando.
Para que la familia se pueda bañar, solo puede usar una cubeta cada uno, no más, por la cantidad que se gastarían.
Otra de las dificultades que tienen es lavar trastos, pues una cubeta les tiene alcanzar. Los introducen, les agregan un poco de jabón y los dejan allí para que se les quite la grasa; luego, con otro poco de agua, los enjuagan.
A veces, para usar el sanitario, únicamente pueden echar agua si defecan, pero no si solo orinan.
Rudy está preocupado por los frecuentes mensajes que han enviado las autoridades para el cuidado de no contagiarse de coronavirus, pues en su colonia ni agua hay para lavarse las manos.
“Ya hablé con mi familia, que vamos a tener que empezar a comprar pipas de agua para no quedarnos así. Tengo miedo de que, si llega el coronavirus, nosotros nos enfermemos porque ni agua hay para lavarse las manos”, expuso Rudy.
La Municipalidad de Guatemala ha informado que la escasez de agua en la metrópoli del país se debe a la sequía y no por una supuesta mala distribución.
Mientras tanto, Rudy ya empezó a cotizar cuánto podría costarle adquirir pipas una vez por semana, para poder tener el agua necesaria para impedir enfermedades.