El 18 de abril, el Gobierno nicaragüense anunció sobre las reformas que se harían a la Seguridad Social. La noticia no fue bien recibida por la población, sin embargo, ese mismo día se transmitió por televisión como antimotines y paramilitares golpeaban a 200 estudiantes de Managua, esto detonó la indignación en el país y pronto las personas salieron a manifestar a las calles.
“Poco dormimos aquí con los ataques” cuentan y es porque durante 40 días ha habido enfrentamientos entre el Gobierno y la población, que ha dejado heridos, desaparecidos y muertos.
Desde que empezó esta lucha, los jóvenes han liderado las protestas en Nicaragua, quienes han tomado cuatro de las principales universidades del país. “La toman como refugio porque se sienten más seguros en la universidad que en sus casas. El Gobierno está deteniendo ilegalmente a los jóvenes que han participado en las protestas. Varios han aparecido muertos e incluso con evidentes signos de tortura”, contó el periodista Jorge Hurtado.
Este lunes, la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), ubicada en el centro de la capital, fue tomada por estudiantes que exigen la renuncia del presidente Daniel Ortega.
“Como estudiantes universitarios de la UNI, nos hemos manifestado pacíficamente, recurrido a las vías legales dentro del recinto para tratar de rectificar las transgresiones a nuestra Ley de Autonomía, denunciar un proceso electoral de autoridades facultativas llevado a cabo en este período de inestabilidad ciudadana, así como la destitución de los dirigentes de UNEN por su polarización y partidarización, que han evidenciado su falta de representación”, manifestaron.
“Estamos rodeados” fueron sus palabras luego que la represión policial comenzara a atacarlos para ingresar al recinto universitario. “Las ráfagas no dejan de escucharse a los alrededores y nos están tirando bombas lacrimógenas para sofocar a los compañeros que están resguardando la entrada y la planta baja”, decían los universitarios que se encontraban adentro del lugar.
Al no poder ingresar a la universidad, las fuerzas armadas empezaron a disparar a los civiles que llegaban a apoyar a los jóvenes, atacando el centro comercial Metrocentro y una estación de gasolinera que se encontraba cerca del sitio. Ocho horas duró el enfrentamiento, que dejó más de 30 heridos y un muerto en los ataques. Por seguridad, los estudiantes abandonaron las instalaciones.
Erika Guevara-Rosas, Directora para las Américas de Amnistía Internacional, se encontraba en la universidad durante el ataque, ya que parte de su trabajo era realizar un reporte que presentará este martes a la organización, logrando documentar durante ese tiempo la represión que se vive en Nicaragua.
“La violencia contra estudiantes ha ido en aumento desde el 18 de abril, cuando iniciaron las protestas en contra de reformas a la seguridad social. Desde entonces, Amnistía Internacional ha realizado una investigación profunda en Nicaragua para verificar los reportes de violaciones de derechos humanos”, manifestó la organización por medio de un comunicado.
Socorro Jirón, de Masaya, quien ha vivido de cerca los enfrentamientos durante las tres semanas expresó: “La policía les estaba disparando, los muchachos no tenían nada más que piedras para defenderse y el hospital que debe dar asistencia pública estaba cerrado, no querían atenderlos”.
El diálogo nacional “como solución”
Mientras los jóvenes se enfrentaba con las fuerzas armadas, por otro lado el Gobierno aceptó continuar con el diálogo nacional sin definir fecha a través de una comisión mixta conformado por representantes de Alianza Cívica, estudiantes, campesinos, empresarios y sociedad civil, como salida de la crisis política que se vive en el país.
“El diálogo no es la solución inmediata a la crisis que vivimos, la salida de la crisis es una consecuencia del diálogo, pero el objetivo primordial que busca el diálogo radica en dos elementos: justicia y la democratización del país”, afirma el abogado Theo Baez.
Este miércoles, el movimiento Madres de Abril convocó a una marcha nacional para exigir justicia por las muertes de 87 personas, en su mayoría estudiantes universitarios y más de 800 heridos. Asimismo, y como “defensa de la revolución”, el Gobierno convocó a una contramarcha según sus dirigentes.
La prensa oficial es manejada por el Gobierno, criminalizando y mintiendo sobre los hechos. Sin embargo, hay menos de ocho medios independientes que luchan por informar la realidad para que el mundo se entere lo que están haciendo con ellos.
“No nos dejen solos, que el mundo se entere que nos están matando”
Fuente: Periodista Jorge Hurtado