Mía y Valentina, las dos niñas que transformaron su discapacidad en un reto para ser más fuertes

Mía y Valentina

Días atrás, FUNDAL compartió un video, en el que se muestra a dos niñas con discapacidad visual. Una de ellas le enseñaba a la otra, a cómo caminar con su bastón y guiarse con la otra mano.

“Ahí vas moviendo tu bastón así y con la otra (mano) vas explorando. Yo voy aquí contigo por si te pasa algo”, le decía Valentina a Mía, mientras agarraba la mano de su amiga para enseñarle.

Su trabajo en equipo, comunicación y empatía, reflejan el apoyo recibido de sus maestras, terapeutas y familiares.

Mía es una niña callada, pero con un corazón dulce y siempre se mantiene con una sonrisa. Valentina es extrovertida, platicadora y le gusta mucho colaborar con sus maestros. Ambas han logrado apoyarse lo suficiente para ser dos niñas más fuertes e independientes, a pesar de su discapacidad visual.

Mía y Valentina llegaron a FUNDAL en 2015, cuando apenas tenían un año. Al inicio no se comunicaban ni caminaban mucho, por inseguridad. Lloraban varias veces al día, debido a la impotencia por no poder hacer las mismas actividades que los demás niños. Se sentían vulnerables y, en ocasiones, tenían mucha resistencia a explorar ciertas texturas.

Con el apoyo de FUNDAL, ambas han logrado, con el tiempo, desarrollar habilidades que les permitieran una mejor calidad de vida. Actualmente, Mía y Valentina son autónomas

Los retos en equipo son menos complejos

Estas dos niñas han construido durante cuatro años, una hermosa amistad. Se cuidan entre ellas, confían la una en la otra y se han facilitado el aprendizaje de nuevas habilidades. Este año cumplieron 5 años las dos y realizaron algo que desde meses atrás querían hacer juntas: estudiar en una escuela. FUNDAL les permitió ingresar a una institución regular en la que se les brinda un acompañamiento especial a niños con discapacidad.

Aporte de FUNDAL

En FUNDAL cada estudiante tiene un programa personalizado, que busca que cada uno brille con su potencial. Los servicios que se brindan no tienen costo para las familias y se sostienen por medio de diferentes actividades de recaudación de fondos.

¡Esta historia refleja la fuerza de muchos guatemaltecos que brillan sin importar su condición!