Mi papá ahorcó a mi mamá y luego se la llevó a dormir al pozo
Ana Delia jamás imaginó que el 25 de junio sería el último de sus días.
Había ido con su esposo a la feria de San Juan Comalapa, Chimaltenango, pero algo ocurrió en aquel lugar. Al regresar a casa, Fredy comenzó a golpearla y maltratarla.
Entre gritos y forcejeos, el esposo puso sus manos en el cuello de Ana Delia y frente a la mirada atónita de su pequeño hijo, de 5 años, la ahorcó hasta dejarla sin respiración.
“Mi papá ahorcó a mi mamá y después se la llevó”, narró el pequeño a una vecina. “Y mi mamá tuvo que dormir en el pozo”, resaltó con su suave vocecita.
Ana Delia tenía 25 años y era enfermera profesional; hacía 5 años que trabajaba en el Hospital San Juan de Dios.
La familia de Ana Delia había activado la alerta Isabel Claudina, ya que su propio esposo fue quien les dijo que su pareja había desaparecido ese día, y hasta les describió la forma en que iba vestida: pantalón negro, chumpa azul, tenis grises y una mochila negra.
La familia de Ana Delia, preocupada tras haber transcurrido un día de su desaparición, fue a su casa y encontró a su hijo, solo.
El pequeño, quien presenció todo, le contó a una vecina lo que sus ojitos habían visto. Incluso, condujo a los vecinos, autoridades y familia de Ana Delia, hasta el lugar donde su papá había arrojado el cuerpo de su mamá.
Y justo allí abajo, entre la maleza que había crecido en la profundidad, estaba el cadáver de la enfermera. Fredy había tapado el pozo con una tapadera de concreto.
Los vecinos, alterados por la muerte de Ana Delia, a quien querían en el lugar por ser colaboradora cuando alguien enfermaba, decidieron hacer su propia justicia y atraparon al victimario, a quien golpearon, pero la policía logró que les fuera entregado para llevarlo a prisión.
En el Hospital San Juan de Dios, las compañeras lloraron a Ana Delia. La describieron como una enfermera muy profesional y a quien iban a extrañar por su don de gente.
Fuentes: MP, Bomberos.
Fotos: Bomberos Voluntarios, medios locales.