Los diputados se negaron a aprobar el proyecto de ley y los empresarios montaron en furia. Algunos parlamentarios apelaron a los índices de pobreza del país, otros a la corrupción en torno a la obra, pero la realidad es otra. El narcotráfico y sus aliados fueron los más beneficiados con la suspensión de la misma.
Parte de las mejoras en el funcionamiento de la autopista fueron vistos como una amenaza para los grupos de narcotraficantes que operan en Guatemala, sostiene un experto en temas de narcotráfico que trabaja para la embajada de los Estados Unidos. “De todas las mejoras que se tenían previstas para la autopista, la implementación de cámaras para el rastreo y seguimiento de vehículos que la utilizan para transportar ilícitos, era la que menos convenía al grupo delictivo y sus aliados en el Congreso”, sostiene el experto.
“Los diputados junto con sus financistas narcos, frenaron la aprobación de la obra, bajo órdenes de sus financistas narcotraficantes”. E.N.
De acuerdo con informes de la PNC y las agencias internacionales que se dedican a combatir el narcotráfico en Guatemala, municipios aledaños a la ruta sirven como bodegas para el almacenamiento de drogas. Por ejemplo, cita el experto, en el residencial Las Victorias, de Palín, se realizan operativos antinarcóticos semanalmente, pues de todos es sabido que en dicho lugar han fincado sus viviendas varios miembros del narcotráfico.
Para el experto, la ruta Palín Escuintla es la “vena” que suministra y sirve de paso para la droga que llega a la capital. Pues tan solo en 2018 se incautaron 23 mil kilos de cocaína. Y la mayoría de estos siguió la ruta del Pacífico hacia la Ciudad de Guatemala, donde las bodegas de la Villa de Mixco fueron unos de los lugares preferidos por los narcotraficantes para almacenar cocaína.
“Además, apartamentos en la zona 14, propiedad de grupos criminales, también son usados como bodegas del narco”. E.N.
Bodegas, casas, apartamentos y hasta negocios sirven para almacenar la droga, uno de los negocios más rentables. Según el experto, la droga pasa por la autopista sin control y llega a estas casas seguras. Allí se almacenan armas, dinero y narcóticos durante un período de dos a tres días antes de seguir su viaje hacia la frontera mexicana.
“Tenemos el caso de una persona que prestó su bodega para guardar 500 kilos de cocaína y recibió US$250 mil por dos semanas de almacenaje”. E.N.
El costo de traer la droga a Guatemala
Las entidades dedicadas a combatir el trasiego de drogas coinciden en que el negocio de la droga es rentable, pero sus costos son igualmente elevados. Como referente, sostienen que en Colombia el costo del kilo es de US$2 mil 500, pero mientras hace su viaje hacia el norte el precio sube.
Allá, en Colombia, los trabajadores de puertos les cobran US$1 mil por subir un kilo de la droga a los barcos. Luego, cuando la carga llega al Puerto Quetzal, los trabajadores tienen una tarifa de US$1 mil por bajarla. “Luego hay que agregarle los costos de transporte y escolta (generalmente provista por la policía y el ejército), mismo que se da en lugares como la ruta Palín Escuintla, suben el valor del kilo a US$6 mil 500”, sostiene.
Posteriormente, los cargamentos son almacenados en bodegas, propiedad de los narcotraficantes o particulares, a quienes deben pagar entre US$2 y US$3 mil, que depende del tiempo y la cantidad. “En algunos casos propiedades de diputados, que gozan de inmunidad, son utilizadas por los narcotraficantes para almacenar”, asegura. Y no es raro, pues la mayoría de parlamentarios llegaron al Congreso financiados por los mismos grupos criminales.
Finalmente, la droga sigue su camino a la frontera con México. Allí el valor sube exponencialmente y puesta en San Marcos o Huehuetenango se vende a los carteles mexicanos en unos US$13 mil 500. Según los expertos para que una operación de este tipo sea rentable se debe traer un mínimo de 500 kilos, con lo que la ganancia para los grupos delictivos puede llegar hasta US$2.5 millones por un cargamento.
Y es la autopista de Palín Escuintla, el proyecto cuyo costo sería de US$80 millones el que el pasado 29 de octubre quedó enterrado. Los legisladores aseguraron que no lo aprobarían y así sucedió. Para el diputado Luis Pedro Álvarez, la negativa de los congresistas obedece a tres razones.
“Unos estaban en contra del proyecto por razones ideológicas, son esos que quieren que el Estado pague todo, otros pues tienen vínculos con empresas que eventualmente se podrían beneficiar de las obras y finalmente están los que no tienen idea de nada y desconocen el proyecto”.- Luis Pedro Álvarez
Y es en esta danza de intereses y de millones, donde las órdenes de capos y unos diputados obedientes, que un proyecto de beneficio se ahogó. Pues son estos fondos, de dudosa procedencia, con los que los padres de la patria confían, para mantener su estilo de vida.