Personas que transportados en buses o carros colectivos buscan favorecer al mejor postor, son la clara imagen del resultado de una subasta política de intereses. Muchos vienen engañados, les ofrecen de todo, les dan falsas esperanzas, promesas y los mantienen a la expectativa durante mucho tiempo.
Es muy fácil reunirlos, por unos billetes y pocos víveres hacen lo que sea porque tienen necesidad. Además que les ofrecen salir del lugar donde viven, conocer la capital, esa que solo logran ver en la tele o escuchar en la radio, les dicen que “van de paseo”.
Los acarreados hacen ruido, pero no convencen y cuando un curioso les pregunta ¿por qué están aquí? La mayoría no sabe y contestan “pregúntele al de adelante, él nos trajo”.
¿Buscadores de beneficios? Los acarreados gritan por un sueño que no es el de ellos, luchan por un futuro en el cual no juegan un papel importante, pelean una guerra que desconocen quién es el bueno o malo. Como dice el dicho: “Van a donde les apunta la nariz”, sin dueño y sin causa.
En esta ocasión, la famosa Consulta Popular se presenta como el escenario perfecto. Para empezar muchos no saben qué es la consulta ni mucho menos de qué trata, la explicación que les dan es: “Usted solo tiene que hacer una X donde dice Sí, y ya”. Instrucciones frías y calculadoras.
Otros les dicen que “es para pelear por Guatemala” y nada más. La justificación que las autoridades brindan es: “Si no sabían, al salir se van a enterar de qué se trata”.
A los popularmente llamados “acarreados” se les identifica por el transporte en que se les amontona, por el lugar donde los ponen en las actividades y por las palabras memorizadas que pronuncian. También, por la larga espera en los eventos y su paciente aguardo para recibir su pago.
Según el Índice de Democracia, el indicador del Proceso Electoral que ubica a los países de Latinoamérica en una escala de 0 a 10, Guatemala se encuentra en el rango de 7.92 puntos, la posición 15 de 18 países y en la posición 82 de 165 países.