Los 5 kilómetros donde algunos agentes de la PNC y PMT buscan su aguinaldo imagen

En las redes de vecinos de carretera a Fraijanes, historias como la de Lucía, son frecuentes cualquier día de la semana.

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Son cinco kilómetros de oscuridad, soledad y desde mediados de octubre una zona de terror para los vecinos y quienes visitan el sector. Incluso los asistentes a eventos sociales, en un reconocido lugar con nombre de perro, saben que a la salida de la fiesta deben tener listo su fajo de billetes para los uniformados. Mientras los vecinos claman por ayuda, la Policía Nacional Civil (PNC) ha realizado cambiados para evitar más molestias a los residentes del sector.

Una denuncia en un grupo de WhatsApp, de agentes de la PNC, encendió las alarmas. Los altos mandos de estos uniformados, entraron en pánico. Luego vino una publicación de prensa y el comunicado, donde se relataba la historia de un joven que habría sido secuestrado por agentes en un puesto de registro. Durante las casi tres horas que duro la retención, relata el comunicado, los cajeros automáticos daban cuenta de retiros de fondos en diferentes ubicaciones. La historia de las extorsiones en la ruta a Fraijanes quedaba al descubierto.

Por docena y de forma anónima, luego de ver la historia del joven, otros afectados se atrevieron hablar. Pero de las palabras, los residentes pasaron a las acciones. Dos cartas, firmadas por las administraciones de varios condominios reclamaban al alcalde de Fraijanes, Wilton Berreondo y a la PNC que se tomaran acciones. Y es que la PNC, según las denuncias no es la única que lucra con el terror. A los hombres de negro, y sus “mordidas”, se le suman los agentes de la Policía Municipal de Fraijanes.

En sus misivas, los denunciantes aseguran que vecinos del sector han sido perseguidos y detenidos por agentes de la PNC. Estos actos irregulares y sin justificación, se han llevado a cabo en las ultimas semanas y tienen a todos sumidos en pánico. Además, aseguran que: “podemos
concluir que no se trata de prácticas comunes de seguridad sino de un modus operandi de estos agentes con intenciones cuestionables”. Y lo que es más preocupante es que a los actos cometidos por la PNC, se sumen patrullas de la PMT de Fraijanes, quienes atentan contra la seguridad de todos los vecinos.

Sobre las denuncias, Erwin Monroy (vocero de la PNC) asegura que todo comenzó con un mensaje en el grupo de la PNC. Allí, asegura, se publicó un texto donde se narraba la historia del joven que presuntamente fue víctima de los agentes. “Mire la denuncia no se tomó a la ligera, pero también es cierto que hay personas que no les gusta que se les detenga y se les identifique, pero ese es nuestro trabajo”, aseguró.

Luego de que se hiciera pública la historia, asegura Monroy, la inspectoría de la PNC organizó dos equipos para verificar las denuncias. Unos, asegura, se dedicaron a dar acompañamiento en los retenes para preguntar a los conductores si la labor de los agentes esta bien realizada. “La mayoría dijo que si”, comenta Monroy. Entre tanto otro equipo comenzó una investigación de los hechos, las patrullas 13198 y 13288 (señaladas en la denuncia) y los agentes que las conducían. Pero las denuncias de detenciones irregulares no se detuvieron.

Lucía Argueta, vecina de un condominio que se ubica en la ruta, asegura que el sábado 6 de noviembre volvía a casa con su esposo. En el recorrido de 2 Kms, desde la entrada a la carretera que conduce a Fraijanes, tres puestos de registro le hicieron el alto. “Comenzaron pidiendo papeles, preguntando que de donde veníamos, luego pidieron tricket, triángulo, extintor, botiquín, revisar la llanta de repuesto y finalmente si llevábamos una cuña para detener el carro en caso que nos quedáramos parados en una subida”, recuerda. La pareja tenía todo menos la cuña y por esa cuña les advirtieron que serían conducidos.

“Por la estúpida cuña le tuvimos que dar Q800 a los del primer retén, a los otros solo les dijimos que ya habíamos pagado y no teníamos más dinero”, Lucía A.

En las redes de vecinos de carretera a Fraijanes, historias como la de Lucía, son frecuentes cualquier día de la semana. Y la molestia de los vecinos no se acalla, y hasta se ha organizado un comité para ir al Ministerio Público para pedir ayuda, asegura Lucía.

Y es esta constante denuncia y queja pública de los vecinos, la que a finales del mes pasado llevó a las autoridades de la PNC a tomar cartas en el asunto. A pesar de que la investigación, por parte de la inspectoría de la PNC no ha concluido, se hizo un cambio importante en la comisaria 13 (encargada de supervisar la carretera a El Salvador y la ruta a Fraijanes). Donde según Monroy, el 22 de octubre, se cambió a todo el personal de la comisaria en cuestión. “Para evitar situaciones con los vecinos y hacerles ver que estamos atendiendo sus denuncias, se hizo el cambio, hasta el comisario Abel Maldonado fue rotado y en su lugar llegó uno nuevo de apellido Rodas”, afirma.

Y como algo insólito, investigadores de la PNC llegaron a algunos condominios para buscar a víctimas de las extorsiones. “Mire fue una pendejada”, asegura Carolina Juárez (miembro de la junta directiva de uno de los condominios afectados), “pues llegaron el 1 de noviembre a buscar a los que fueron extorsionados”, sostiene. A decir de Juárez, esto es carente de toda lógica, pues fue un día en que nadie atiende y son los mismos policías los que llegan a buscar a los que han aterrorizado, para pedirles que señalen a sus agresores. “Nadie con dos dedos de frente y que tenga que seguir circulando por allí va a querer denunciar a los policías con otros policías, lo más seguro es que solo los identifiquen para hacerles algo después”, reclama.

Y es que, con la llegada del fin de año, los salarios de miseria, las condiciones infrahumanas en que trabajan los agentes de la PNC y otras instituciones, las opciones no son muchas. Algunos agentes buscan ubicarse en sectores donde haya residenciales de lujo, pues sus residentes prefieren pagar que someterse al engorroso trámite de ir a un juzgado. Otros agentes, en cambio, buscan rutas como las de occidente en el fin de año. Y es que la entrada en vigencia del plan pinabete deja ganancias de hasta Q5 mil diarios, para los agentes que logren un espacio en la División de Protección a la Naturaleza (DIPRONA) de la PNC. A lo que Monroy se limita a decir: “Algunos agentes tienen esa mentalidad”.

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