Uno a uno caen de sus labios, sin empacho, con la seguridad de quien lo vivió hace algunas horas. Historias, anécdotas, horas, montos y nombres fluyen de la privilegiada memoria del ex secretario de la “más gruesa”.
En cuatro días ha mencionado 119 nombres y su grado de involucramiento en el caso más sonado de la corrupción en Guatemala. Empresarios, políticos, funcionarios, banqueros y hasta ex alcaldes. Todos forman parte de las “memorias de la corrupción que orquestó,
dirigió y ejecutó Juan Carlos Monzón para su patrona Roxana Baldetti.
Un peligro para Monzón y el Estado
Las declaraciones de Monzón se convirtieron en la comidilla de todos en Guatemala. “¿Viste lo que dijo de los dueños del pollo?, de los empresarios, de los políticos”.
Y así la vergüenza se apoderó de los chapines moralistas, los que nunca han dejado de pagar una multa, los que no saben lo que es pagar una mordida o que jamás se han colado en la fila. Todos indignados, todos atentos a lo que el delincuente, ahora convertido
en dueño de la verdad se recuerda.
Lo que pareciera no tener en cuenta Monzón es que todas sus palabras tienen y deben tener sustento. “Si Juan Carlos Monzón se siente solvente de decir estas cosas, debe estar en la capacidad de comprobar lo que dice”, sentencia el abogado Carlos Cabrera.
De lo contrario, Monzón no solo está comprometiendo a personas, “también se lleva entre las patas al sistema jurídico”, dijo Cabrera.
Esto, asegura, se debe a que, si el MP tiene que complementar los señalamientos de Monzón, “¿cómo lo va a demostrar?
¿Y el juez Gálvez?
Por otro lado, si se analizan las declaraciones de Juan Carlos Monzón hay una constante. Un “Yo” que puede poner en entredicho su participación en la estructura delictiva.
“Yo decidí”, “yo llamé”, “yo coordiné”, “yo fui” y “yo decidí”, son frases que se repiten a lo largo de sus declaraciones.
Para el abogado Kevin Moldauer, esto podría comprometer el estatus de “colaborador eficaz” que tiene Monzón dentro del proceso. “Recordemos los únicos que no pueden ser colaboradores son los cabecillas de las redes o estructuras”.
Más parece que “Monzón tuvo control completo y poder de decisión sobre lo que se hacía y como se hacía al interno de la estructura criminal”.
Por otro lado, Moldauer asegura que las declaraciones de Monzón han revelado una cantidad de delitos adicionales a los que se persiguen en el proceso “Cooptación del Estado”. Y no cabe duda, que el MP está obligado a investigar todo lo dicho por Monzón
y deberá sustentarlo.
Hoy el gran reto para el juez Miguel Ángel Gálvez es uno. “A que, de todo lo que ha dicho Juan Carlos Monzón, se le debe dar valor probatorio”. Entre tanto, la verborrea de Monzón, seguirá retirando el manto de pureza de muchos y dando tema de conversación
para quienes con la derecha dan y con la izquierda “quitan”.
Aquí están los “supuestos” colaboradores de la red de Monzón.