Los Vatos Locos, la clica de la Mara Salvatrucha que operaba en la colonia 4 de Febrero en zona 7, se ha quedado sin su líder. En la madrugada del 4 de octubre de 2018, la Policía Nacional Civil y la Fiscalía contra las Extorsiones rodearon una casa en la colonia Mirador de la Cruz en zona 18, en la cual se encontraba Anderson Daniel Cabrera Cifuentes o Miguel Ángel Estrada García, alias Liro Boy o Chatía.
Al percatarse de lo que estaba sucediendo, disparó en contra de los miembros de la policía, quienes insistieron para que se entregara. Segundos después, salieron de la casa su pareja sentimental y su hijo de 8 años, quienes aseguraron que él se había disparado en la cabeza. Mal herido fue trasladado por los cuerpos de socorro hacia la emergencia del hospital, donde minutos después de su ingreso, falleció.
Pero ¿quién era Liro Boy y por qué era tan buscado por las autoridades?
La clica que lideraba Daniel Cabrera, opera en las colonias 4 de Febrero, San Rafael I y II ubicadas en las zonas 7 y 18 de la capital respectivamente. Se dedica a cobros de extorsiones, sicariato, traslado ilegal de armas de fuego, municiones y venta de droga.
Este reo inició en la pandilla recibiendo órdenes y cometiendo delitos para poder ascender, hasta que se convirtió en el líder. Desde el 2011, ya había sido recluido en el Centro de Detención Preventiva para Hombres Fraijanes II. En ese momento, se le señalaba por los delitos de: asesinato, asesinato en grado de tentativa, falsificación de placas, distintivos para vehículos, encubrimiento propio y asociación ilícita.
Para 2013, ya había sido condenado a 162 años de prisión por cinco distintos crímenes como asesinato, conspiración para asesinato, asociación ilícita y exacciones intimidatorias. Para este entonces fue recluido en la cárcel El Boquerón, donde vivía como un rey. Sus amigos le complacían con sus antojos y en varias ocasiones organizaba churrascos.
Luego, se escuchó una vez sobre él, pues fue el líder y uno de los autores intelectuales de la balacera ocurrida el 16 de agosto de 2017, en el Hospital Roosevelt. El chatía había ordenado a su clica que lo fuera a rescatar, logró su libertad pero dejó a siete personas fallecidas. Desde entonces, las autoridades guatemaltecas ofrecían una recompensa de hasta Q150 mil a quien informara sobre su paradero.
El chatía era un maestro de la extorsión. Durante muchos años, hizo la vida más compleja a una significativa cantidad de comerciantes, a quienes, con el apoyo de su clica, les exigía el pago de la extorsión, pues de lo contrario perderían su vida. No era una mentira, al menos 5 comerciantes que optaron por no pagar y ser manejados por su clica fueron asesinados. La colonia 4 de Febrero era la más afectada por sus amenazas y el miedo se ha mantenido por años en su área de dominio. Y por si fuera poco, este líder criminal utilizaba 10 distintos nombres, lo que en ocasiones le funcionó para resguardar su identidad y reducir las posibilidades de ser atrapado.
Desde hace varios meses los investigadores pudieron mantener un mayor control de Liro Boy, pues mantenía contacto con su pareja a través de llamadas telefónicas. Cuentan que para no ser encontrado, se cambiaba de vivienda fácilmente, pero las llamadas monitoreadas fueron su fin.
Este 4 de octubre ha terminado su vida. Los Vatos Locos seguirán ahora con un nuevo líder, amedrentando, intimidando y acabando con la vida de muchos guatemaltecos. ¿Qué pasará ahora?