Diez años, una comisión, sufrimiento y miles de víctimas, ese fue el paso de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala. Así iniciaron hoy un evento, en el hotel Barceló, en donde se reunieron las víctimas de CICIG para dar a conocer su testimonio; mientras en un salón contiguo se realizaba una actividad, en donde la misma comisión daba a conocer los resultados de una década.
Han sido varios los casos, en los cuales CICIG ha cometido atropellos, como el del fallecido Estuardo Valdés Paiz y el suicidio de Jesús Oliva, debido al dolor de no poder ver y ayudar a su hijo enfermo.
El próximo 3 de septiembre terminará el mandato de la comisión en el país, pero el daño que ha dejado en muchas familias es latente. Unos han pasado años encerrados, otros permanecieron meses, “pero con solo una noche que se pase en prisión es un sufrimiento”, han expresado varios de los afectados.
El daño fue para toda la familia, como relata Alejandra, esposa del fallecido Estuardo Valdés Paiz, que no recibió el tratamiento adecuado para el cáncer que padecía, ya que a cada país que solicitaban ayuda para tratarlo se le cerraban las puertas. En una ocasión, en el aeropuerto de México, les indicaron que ella y sus hijas podían entrar, pero él no, que debía regresar de inmediato a Guatemala.
Pero, ese no es el único dolor que recuerda Alejandra, pues todo empezó hace una década.
“Hace más de diez años que comenzó la pesadilla, éramos un matrimonio joven, yo tenía 34 años, él 4 años mayor, nuestras hijas estaban en las edades de 7 y 3 años, cuando sufrimos allanamientos con un despliegue de fuerzas, de soldados y policías. En ese momento, mi instinto materno fue sacarlas de la casa, para que no vieran la situación, pero en el camino las encañonaron y revisaron las mochilas del colegio. Fuimos unos de los primeros casos de CICIG”.- Alejandra, viuda de Valdés
Hoy, con camisetas negras con el nombre de Estuardo y con lágrimas celebraron el término del mandato de la CICIG y su injerencia en el país.
No obstante, no son los únicos que se unen al festejo, ya que hay otra familia que huía de su país y buscaba un lugar seguro, pero lo que encontró fue la cárcel.
“CICIG en Guatemala es una tragedia que debemos hacer público y los que pueden decir la verdad son las víctimas que sobrevivieron. Dos amigos que estaban conmigo en la cárcel murieron torturados. CICIG dijo que no nos torturarían físicamente, pero aún lo pueden realizar psicológicamente y eso es más difícil”.- Igor Bitkov
Las personas, familias y todos los que sufrieron por culpa de la CICIG, se reunieron para recordar a sus seres queridos que murieron encarcelados, aquellos que no siguieron luchando para demostrar su inocencia. Ahora, otros celebran y esperan con ansias que llegue el 3 de septiembre, para que la comisión termine de buscar testigos falsos.
Una oración por el perdón
En la mañana de este martes 20 de agosto, un grupo de víctimas se reunió en un hotel capitalino y elevó plegarias por sus seres queridos. También, se juntaron para que Dios les dé las fuerzas para perdonar a los responsables que los llevaron tras las rejas injustamente.
Nada podrá recuperar el tiempo entre los familiares. Sin embargo, lo que les da tranquilidad es que sin la CICIG, algunas familias estarán seguras de que no habrá persecuciones injustas, malas intenciones y sobre todo prevalecerá el Estado de Derecho.
Las víctimas
Los casos de abusos presentados en la actividad fueron el de Los hermanos Valdés Paiz, El caso de los Bitkov y el de Negocios en la Industria Militar del general José Alfredo Cotzojay Chajón.
Al mismo tiempo, Max Quirin, quien permaneció 3 años y 8 meses en prison sin juicio por el caso IGGS-Pisa y luego fue absuelto por un tribunal publicó una carta en la que resalta el legado de abusos de CICIG y la acusa de convertirse en una estructura para desprestigiar.
“Hoy que la Comisión Internacional pretende con pompa recordar sus logros en los años que estuvo en nuestro país, es oportuno también traer a memoria la gran cantidad de abusos que cometió, las transgresiones al marco legal que infringieron, y los actos perversos que con fines políticos y personales lideraron. Su actuación dista mucho del objetivo de un Estado de Derecho que todos buscamos y el proceder de quienes fueron parte de ella no es el ejemplo que debemos seguir.
La CICIG usó la bandera del combate a la corrupción olvidando que no se puede batallar contra ésta al mismo tiempo que se irrespeta el debido proceso y los derechos fundamentales de las personas. Intimidaron y amenazaron a testigos, pactando inclusive con delincuentes peligrosos para que hicieran declaraciones falsas, lo que se recordará como uno de los hechos más condenables atribuibles a CICIG.
En el caso en mi contra se emitió una orden de arresto ilegal penalizando actos administrativos sin respetar el debido proceso establecido en la ley. Nunca se tomó en cuenta mi participación por más de 15 años en diferentes directivas de instituciones públicas sin haber tenido señalamiento alguno de una actuación indebida. Les interesaba más generar un show mediático a través de conferencias de prensas que pretendían lograr una condena pública anticipada, violando derechos constitucionales”, dice Quirin en el comunicado
