En Guatemala como en todo el mundo, las aguas costeras son utilizadas por las tortugas marinas como corredores migratorios y zonas de alimentación. Su presencia tiene importancia ecológica en diversos ecosistemas como arrecifes coralinos, pastos marinos y transporte de energía entre el mar y la playa.
Se consideran especies indicadoras, el tamaño de sus poblaciones es el indicio de la salud del mar y la costa.
Al país llegan cinco especies diferentes: la parlama, baule, carey, cabezona y la verde o negra del Pacífico. El proceso es algo hermoso en la naturaleza, la tortuga sale del mar, prepara la arena, excava el nido, pone los huevos, lo tapa, lo camufla y por último regresa al mar.
Sin embargo, este espectáculo se ha visto disminuido durante la reciente época, ya que ahora es raro ver especies como la negra del Pacífico, las cuales han llegado una o dos en los últimos años. El principal problema es el peligro de extinción en el que están actualmente debido a las amenazas que tienen.
Amenazadas
La sobreexplotación humana en su consumo de huevos y de caparazones, junto con sus productos como la manteca de tortuga, además de la captura incidental en pesquerías de palangre, redes agalleras y pesca de arrastre de los barcos, han afectado a esta especie animal.
Hay que agregar que la destrucción del hábitat y la contaminación en las playas, los mares y océanos afecta mucho a las diferentes especies de tortugas marinas.
Por ello, el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), con el apoyo de Wildlife Conservation Society (WCS), desarrollan la Estrategia Nacional de Manejo y Conservación de Tortugas Marinas de Guatemala. Ello, para dar a conocer la importancia, conservación y uso sostenible de estas especies.
Todas las especies de tortugas marinas se encuentran en peligro de extinción, en el país están protegidas por medio de distintas leyes. Algunas de ellas son la Ley de Áreas Protegidas y su reglamento en el decreto No. 4-89, Lista de Especies Amenazadas de Guatemala (LEA) y la Ley General de Pesca y Agricultura en el decreto No. 80-2002.
La liberación
Amparados en la Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas (CITES) se aplican medidas de protección para las especies, que inicia con la promoción de la legislación para asegurar la conservación de todas las especies mediante el aprovechamiento regulado, únicamente de la especie parlama.
Con ello, el CONAP emitió la resolución 01-21-2012, en el cual se establece que todos los parlameros deben realizar la entrega del 20 por ciento del total de los huevos colectados como una cuota de conservación a una unidad comúnmente conocida como “Tortugario”, el cual deberá estar legalmente autorizado.
El 20 por ciento es únicamente cuando los pobladores sacan los huevos, si el proceso es realizado por CONAP, se protege en su totalidad.
El aprovechamiento sostenible es para apoyar a la economía de las comunidades asentadas en las zonas costeras, al considerar que no incide en el detrimento de las poblaciones de esta especie. Actualmente, hay 20 tortugarios registrados, los cuales reportarán los datos obtenidos del manejo correspondiente a cada temporada.
El proceso ha tenido su crítica, debido a que cuando las tortugas terminan de desovar, el personal y colaboradores de CONAP, otras instituciones y pobladores, sacan los huevos. El objetivo es trasladarlos a un tortugario, para que estos no sean extraídos en su totalidad por personas que hagan contrabando.
Hay que recalcar que la única especie con la que se realiza este proceso es de las parlamas. Esta es la más visitada en Guatemala y ponen huevos en el Pacífico durante todo el año. Entre julio y septiembre es la época de desove más alta.
Ya entregados en el tortugario, los huevos que son transportados en una bolsa, deben ser contados y calcular la cantidad equivalente al 20 por ciento correspondiente. Además, el encargado procederá a la siembra de los huevos y al terminar entregará al colector la boleta de comercialización los huevos para su venta.
Cuando las tortugas salen del cascarón deberán ponerse en arena húmeda en el fondo de un recipiente plástico oscuro y opaco, para luego proceder a la liberación en su totalidad de las tortugas.
Luis Enríquez Martínez, director regional de CONAP, señaló que hay antecedentes que durante los últimos 10 años, de 90 mil a 100 mil tortugas han sido liberadas. Agregó que se realizan patrullajes nocturnos, cierre de playas una vez por semana para que el total de huevos encontrados sea conservado.
El proceso es criticado por la ciudadanía, luego que por medio de videos en redes sociales, se mostraba a un grupo de personas sacando huevos. Sin embargo, las autoridades de CONAP resaltan que no se puede determinar de dónde provienen estas imágenes y que sin la intervención de las autoridades, no se llevaría un control adecuado.