El incremento de contagios de COVID-19 ha preocupado a la población y autoridades del país. Luego de alcanzar los 51 mil 155 casos activos según el reporte de la situación del coronavirus en Guatemala del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) correspondiente al 24 de agosto, la búsqueda de nuevas medidas que frene la propagación de la pandemia vuelve a ser necesaria.
El Gobierno de Guatemala intentó imponer un estado de calamidad a nivel nacional, cuya principal y polémica medida que restringía la locomoción era un toque de queda entre las 22 horas y las 4 horas del día siguiente. Sin embargo, el Congreso de la República improbó el decreto 6-2021 del Ejecutivo y dejó las nuevas medidas sin efecto.
El tablero de alertas de COVID-19 continúa siendo la única reglamentación vigente por parte de las autoridades que limita las aglomeraciones y las reuniones. Pero, este no es respetado en su totalidad.
La última actualización de alertas por región del 21 de agosto muestra 289 municipios con alerta roja, 32 en naranja y sólo 19 con una alerta amarilla. En el departamento de Guatemala, solo el municipio de Fraijanes cuenta con alerta naranja epidemiológica, el resto se encuentra en el nivel de alerta máxima debido al índice de positividad.
Los negocios, actividades y sectores que tendrían que cerrar en alerta roja
Las restricciones del tablero de alertas epidemiológicas describen distintos sectores que pueden abrir o son obligadas a cerrar según el nivel de contagios de un municipio. Sin embargo, esta no es respetada por la ciudadanía o las autoridades, apelando al “siempre y cuando tengan medidas”.
El transporte público urbano y extraurbano tiene permitido circular sólo con el 50% de la capacidad de los buses. En la ejecución, el control de aforo no ha sido controlado, incluso por las autoridades municipales. Usuarios han denunciado que las medidas de bioseguridad son olvidadas y en el Transmetro no se controla la cantidad de personas que ingresan a los vehículos.
Según las medidas vigentes, los centros turísticos dentro del departamento de Guatemala y en todos los municipios que tienen el nivel de alerta roja tendrían que volver a cerrar sus puertas.
Los cines también se verían obligados a cerrar. Según el tablero de restricciones estos solo podrían abrir en la alerta amarilla con un aforo de cuatro metros cuadrados de distancia. A pesar del índice de positividad que vive el país, las autoridades han permitido que este tipo de negocios pueda volver a funcionar siempre y cuando sigan las normas de desinfección de manos y toma de temperatura, por lo que la población sigue teniendo la posibilidad de reservar un lugar y ver una película a pesar de que el municipio esté en color rojo de alerta.
Las iglesias, aún tras darse a conocer la actualización del reporte sobre la situación de COVID-19 en el país, aún lograron realizar misas y servicios. Sin embargo, en el sistema de alertas especifica que solo se pueden realizar bautizos y matrimonios con aforo máximo de 10 personas y con una duración de 30 minutos. En la teoría, tendrían que ser prohibidas las concentraciones como retiros, reuniones de oración y congresos.
Por último, las piscinas y gimnasios también resaltan entre el sistema de alertas que las mismas autoridades han dispuesto. Sin embargo, estas continúan funcionando debido a la necesidad de la población para poder mantener un modo de vida saludable que también beneficia para combatir el virus.
Sistema de alertas del Gobierno de Guatemala
Considerando los sectores y negocios que tendrían que cerrar en la alerta roja, ¿crees que las restricciones ya quedan obsoletas o deberían controlarse la prohibición de estos servicios durante épocas de alta positividad?