Luego de venir a Guatemala para celebrar las fiestas de fin de año, se percató de un detalle. Su pasaporte vencía a mediados de 2021 y volver a su trabajo en Estados Unidos, con un documento que tuviese más de 6 meses de vigencia, era indispensable. Con 25 días para renovarlo, Eduardo C., comenzó el trámite en migración. Pero lo que debió tomar un par de horas, se convirtió en un angustioso proceso. Esta es su historia.
Renovar el pasaporte guatemalteco, resulto una tarea más complicada de lo que se esperaba. Al percatarse que debía solicitar un nuevo documento y luego de pagar su boleta, ingreso a la pagina del Instituto Guatemalteco de Migración (IGM). Tecleó su numero de boleta y recibo en el portal y comenzó el proceso.
Para sorpresa de Eduardo, el sistema le genero una cita para el 4 de marzo. “Yo podía esperar a esa fecha, ni de chiste, yo tenia que volver al trabajo el 8 de enero”, asegura. Por lo que buscó comunicarse con el IGM para exponerles su caso. Luego de hablar con unas 15 personas y repetir su historia hasta el hartazgo, se le instruyo que llegara el 5 de enero y que llevara su boleto de avión.
Esa madrugada, y a sabiendas de que el tramite podría ser largo y engorroso, Eduardo salió de su casa a las 6 de la mañana. “Cuando llegue al lugar, ya había unas 60 personas haciendo cola”, recuerda. Y fue entonces que comenzó el calvario. Eduardo recuerda que había un personero de migración que revisaba la papelería de cada uno de los que estaban en la fila. Mientras llegaba el delegado, el joven que iba antes de él le dijo en forma de broma, “ve de aquí donde estamos a la entrada, hay unos 40 metros, le apuesto que nos tardamos unas tres horas en llegar”. Ambos se rieron y volvieron a esperar.
Cuando el trabajador de migración llegó, le preguntó a Eduardo sobre la razón de su viaje. “Me pareció raro que me preguntara eso, pero igual le dije que allá trabajaba”. Fue entonces que el empleado comenzó con una serie de preguntas que le dejaron perplejo.
“¿De que trabaja allá?, ¿Trae una carta de su trabajo?, ¿Tiene carro?, ¿Tiene negocio propio?”, recuerda Eduardo que le preguntaba con insistencia. “Tengo un negocio propio acá en Guatemala y también trabajo allá”, le respondió. Pues si quiere pasaporte me tiene que traer su patente de comercio.
Mientras Eduardo buscaba en su teléfono el número de su contador, tres lugares atrás Miguel respondía a las preguntas del empleado de migración. “Yo llegue por que mi hijo estudia en Estados Unidos y debía renovar su pasaporte”, asegura. Luego de revisarle los papeles, el delegado le advirtió que le faltaba una carta de la universidad para poder garantizarle la emisión del documento de viaje.
Más delante de Eduardo, Magaly lloraba desconsolada. Había llegado a renovar su pasaporte con el fin de visitar a una amiga enferma, en los Estados Unidos. Magaly no podía creer que el empleado de migración le pidiera una copia del informe medico de su amiga, antes de permitirle seguir el tramite de renovación.
Entre tanto, Oscar G, llamaba insistentemente a Europa. Le habían pedido una copia de su contrato de trabajo antes de permitirle renovar su pasaporte. “Le expliqué al señor de migración que había sido contratado por una empresa en Holanda y necesitaban una copia de mi pasaporte vigente para redactar mi contrato y tramitar una visa de trabajo, pero él se cerró”.
De acuerdo con Alejandra Mena, personera de IGM, las citas se están programando para febrero, pues es hasta esa fecha que se tiene espacio. “Actualmente estamos programando 360 citas al día, pues es lo que permite atender por pandemia de Covid-19, ya que depende del color del semáforo”.
Y aunque el tema de las citas es comprensible, sostienen los solicitantes, resulta extraño que ahora se haga este tipo de preguntas y solicitudes de información. “Venimos a renovar el pasaporte, no a solicitar visa para viajar”, coinciden. Por su parte el procurador de los derechos humanos, Jordán Rodas, asegura que los funcionarios públicos deben suscribirse a lo que la ley establece. “Es necesario que se revisen los protocolos en migración y determinar cual es la razón para estos cuestionamientos”, asegura.
“Se debe investigar estas denuncias y determinar lo que está sucediendo”, Jordán Rodas PDH.
Respecto de las solicitudes del personal de migración, Mena asegura que estas se hacen cuando son casos de emergencia. Por ejemplo: “Hizo cita hoy, pero el sistema la programa para febrero y usted viaja el viernes, entonces se presenta a migración y muestra el boleto aéreo o algún probatorio que demuestra la urgencia del documento y es así como puede ser atendido”.
Y aunque Eduardo, como lo predijo su compañero de fila, logró sacar su documento cuatro horas después y tras haber pagado Q130 de parqueo, Miguel debió esperar tres días para la carta de la universidad y seguir con el trámite. Magaly aún espera poder renovar su documento y Oscar no cuenta con la papelería para poder viajar a su nuevo trabajo.
De momento y mientras las restricciones de atención sigan vigentes, lo más importante es revisar la vigencia de tu pasaporte. No esperes a ultima hora, comienza a gestionar tu cita para renovarlo y no caer en problemas a la hora de viajar.