Cada equipo, cada club, cada afición se identifica con una mascota. Un personaje que acompaña a los jugadores en el protocolo previo a un partido oficial. Nos evoca historias y alegrías. Nunca dejan de apoyar y lo más importante es que atraen a viejas y nuevas generaciones para que alienten de principio a fin.
Seguro quienes han ido por años al estadio, tienen un sinfín de anécdotas protagonizadas por estas sonrientes y bailarinas figuras. ¿Cuál recuerdas tú?
Mundos contrarios, que convergen en el camino
Aunque Fla mita y Gasparín alientan a dos acérrimos rivales, tienen un objetivo común: invitar a la afición para que se acerque a cualquier escenario deportivo portando con orgullo el color de su club.
Por décadas han sido grandes estrellas de la historia roja y crema. Han evolucionado con cada torneo y claro, no pueden faltar en la celebración de los campeonatos obtenidos por ambos equipos. Pero ¿qué conocemos de su creación? ¿Cómo se convirtieron en los representantes de nuestros equipos?
La revista cómica
El diablito rojo nació en Estados Unidos en 1958, gracias al artista Warren Kremer. Desde aquel momento su labor fue entretener al público. Fue tanto su éxito que tan solo un año más tarde La Prensa de México lo adoptó y creó una revista cómica con dicho personaje. En su creación se llamó Flamita.
Este medio del país azteca comercializó la impresión por toda Centroamérica y en los años sesenta llegó a Guatemala. Los dirigentes de aquel entonces en el club creyeron conveniente adoptarla como la mascota, tomando en cuenta que al equipo le apodaban los diablos rojos.
Inmediatamente, la afición hizo clic con el nuevo integrante de la familia escarlata, no solo por el nombre sino también por la personalidad del mismo. Imponente, regio y portaba los mismos colores de la institución. Con los años se convirtió en un ser real, que caminaba y corría por todos lados.
Le hizo una canción al club de sus amores
A finales de los años ochenta Municipal ganó su corona número 11 de la historia y Ernesto Villa, presidente carmesí de aquel entonces, estableció que la mascota saltara al campo junto al plantel. Esa decisión se convirtió en un hábito. Su alma ha ido cambiado, sus características físicas también se han modificado. Actualmente, no usa cachos para ser un personaje más simpático y su nombre se escribe Fla mita por separado, debido al registro legal del mismo en nuestro país.
Aunque ha atravesado algunas polémicas por su forma de referirse a los cremas, ahora quiere promover un ambiente sano y alejado de la violencia.
La primera de Centroamérica
En septiembre de 1985, Teddy Plocharski pagó US$2 mil por traer desde Estados Unidos a un personaje previamente creado: Gasparín. Este fantasma blanco se convirtió en la primera mascota de un club de fútbol en la región. Algunos aseguran que su primer borrador se creó en Nueva York y luego se trasladó a Miami, en donde el directivo blanco lo conoció y compró.
La primera vez que fue visto en el estadio fue en el clásico 124, cuando los cremas ganaron 3 por 1 a los rojos. Sin embargo, su nacimiento oficial se registra el 22 de diciembre del mismo año, cuando los albos visitaron Amatitlán para un juego contra Cobán Imperial. Los capitalinos se impusieron.
Ellas también juegan y disfrutan el fútbol
Desde aquel entonces, el fiel compañero de Comunicaciones ha estado presente en todos los partidos donde los cremas son locales. Varios patrocinadores se han aferrado a esta figura para movilizar sus productos en medio de la afición y debido a su trayectoria con el club, generaciones completas lo identifican y lo han convertido en amigo.
Al igual que Fla mita, el traje lo han utilizado varios aficionados blancos. Su alma se ha transformado y algunas características físicas han evolucionado, pero su espíritu amigable y familiar, no cambia.
Gasparín siempre se ha enfocado en atraer niñas y niños. Es común que se tome fotografías con la afición y que su forma de actuar en sus “5 minutos de fama” sea muy amena y graciosa. Incluso, muchos de los jugadores del plantel se identifican con esta figura y apegan a la ideología de esta mascota.
Cancha natural o sintética ¿cuál prefieres?
Hasta la fecha, Gasparín ha descendido al menos tres veces en helicóptero. Lo hizo ya en el Estadio Nacional Doroteo Guamuch Flores y el Estadio La Pedrera. Debido a su encanto, ha recibido varios reconocimientos.
La primera transformación de su traje fue en 1995 y la segunda tres años después. Esta última es la que conocemos en la actualidad.
Ahora que te tomes una foto con el personaje de tu equipo favorito, sabrás qué hay detrás de esa sonrisa. Cuánta historia reflejan en los enormes ojos y cómo con el paso del tiempo se han convertido en los eternos íconos del balompié nacional.
Con información del CSD Municipal, Zona Crema e Historia del fútbol en Guatemala.
Fotografía de portada tomada de Distrito Deportivo.