Vivir en las vecindades de uno de los puertos más importantes de Guatemala es todo, menos beneficioso. Mientras en ciudades como Portland, Oregón los vecinos de importantes puertos gozan de beneficios como ser un foco de inversión y desarrollo y la generación de empleos, en Guatemala los vecinos de la Empresa Portuaria Nacional Santo Tomás de Castilla (EMPORNAC) no ven estos beneficios. Lejos de eso, las grandes ganancias se van a los bolsillos de empresarios que operan el puerto, los sindicalistas y burócratas que fomentan la corrupción en estos espacios.
De acuerdo con la Asociación de Puerto Públicos de Washington: “los puertos son animales únicos, entidades públicas con un fin de ganancia económica y su principal objetivo debe ser el desarrollo económico para las comunidades donde se ubican, con un resultado final de la creación de puestos de trabajo”. Pero en el caso de la EMPORNAC, esta premisa dista de ser parte del objetivo de la portuaria.
Basta ver como se repartieron las ganancias del período 2020, donde unos 1 mil 700 trabajadores se quedaron con Q10 millones 614 mil 761 con 45 centavos de los Q53 millones 73 mil que obtuvo el puerto en ese período de operaciones. Muy por detrás quedaron las cinco municipalidades de El Estor, Los Amates, Morales, Livingston y Puerto Barrios las cuales obtuvieron Q7 millones 961 mil 71 con 37 centavos para una población combinada de 1 millón 6 mil 971 personas, según el Instituto Nacional de Estadística de Guatemala (INE).
En Puerto Barrios, donde los dividendos son los más altos de 2020 con Q2.6 millones y una población de 512 mil 242 personas, la calidad de vida de la población está por debajo de lo aceptable. Con un servicio de energía eléctrica que dura tres horas y luego se interrumpe, drenajes a flor de tierra, calles abandonadas y servicios de agua irregulares, los vecinos de Puerto Barrios sobreviven en muy malas condiciones.
Gloria Rivera, vecina del sector, es una costurera que confecciona trajes para mantener a sus 5 hijos de 12, 10, 6, 4 y 2 años. Para que su maquina SINGER, heredada de su abuela funcione, tuvo que comprar un pequeño generador como regalo de navidad del año pasado para toda la familia. “Mire se iba y venia la luz y en una de esas quemó la maquina de coser y hubo que repararla, pero el muchacho dijo que no aguantaba otra, por eso mejor compré la planta”, recuerda.
Sobre la falta de agua potable Inés Garrido, dueña de un restaurante, tiene mucho que decir. Con siete mesas y dos meseras, la cocinera reniega de la falta de un servicio regular y limpio. “Mire aquí el problema no son los platos sucios, pues hay desechables, aquí lo que molesta es el olor a caca de los baños que no hay como quitarlo cuando se va el agua, y aunque haya agua los drenajes están en la orilla de la calle”, se lamenta Garrido.
Y buena parte de estas desgracias que viven los vecinos de Puerto Barrios, tienen su origen en la corrupción y poca eficiencia que impera en el Puerto de Santo Tomás de Castilla. Pues según la premisa de la Asociación de Puerto Públicos de Washington, la EMPORNAC debería ser un faro de beneficios para todos los habitantes de las comunidades alrededor del puerto. En cambio, para la EMPORNAC, como asegura el analista Enrique Godoy, pareciera que su único fin es beneficiar a los sindicalistas y empresarios que operan el puerto.