Poco más de 10 días han pasado desde que se detectó el primer caso de Covid-19 en el país. Ese viernes 13 cambió la historia, pues se iniciaría a tomar medidas para evitar su proliferación; entre las primeras recomendaciones estaba no acercarse demasiado a otras personas y tampoco realizar actividades muy grandes.
Pero conforme han ido avanzando los días, las medidas se incrementaron; una de ellas y tal vez de las más severas fue el toque de queda, para evitar que las personas anden circulando por las noches.
Pero una de las comunidades que se ha visto sumamente preocupada es Santa Eulalia, en Huehuetenango, ese pueblito que está a casi 5 horas de la cabecera departamental y a casi 11 de la capital. Ellos también han colocado sus medidas de seguridad, pero el temor es latente.
En el lugar solo hay un centro de salud que funciona con lo esencial, pero muchas veces se ha visto escaso de insumos.
“A veces trabajamos con lo necesario, pero la mayoría de ocasiones no hay medicamentos; no hay gasas y tampoco jeringas, muchas veces hemos llevado de nuestras casas o les pedimos a los familiares que colaboren comprando las cosas”. – Doctor de la localidad.
Sin embargo, en el municipio hay varios hospitales privados, pero no cuentan con los aparatos necesarios para atender la emergencia.
“Nosotros estamos preocupados por la situación del país, tenemos miedo de que llegue a nuestro municipio porque aquí no tenemos nada y si viene podemos morir, porque estamos tan lejos que creo que nadie se va a interesar por nosotros”. – Marta Pedro, vecina de la comunidad.
Las autoridades de la municipalidad enviaron información sobre el Covid-19.
Hicieron un llamado a los vecinos para que no entren en pánico y que puedan acatar las regulaciones del gobierno central.
El gobernador departamental de Huehuetenango, Ramiro Stuardo Barillas Castillo, ha asegurado que personalmente estará verificando que se cumplan las medidas de higiene, además de que se respete el toque de queda en todo el departamento.
“Yo lo que tengo miedo no es de contagiarme, sino de poder contagiar a alguien más de mi familia y que se vaya a morir por la enfermedad”. – Marta Pedro, vecina de la comunidad.
Ante ello, los residentes tomaron medidas de limpieza; los comercios ahora tienen alcohol en gel para todos los que ingresen y si van a un lugar muy concurrido, les piden usar mascarillas y evitar la proliferación de la pandemia.