En los últimos meses la tasa de desempleo ha incrementado a gran escala. Muchos empleos se han perdido a causa del cierre parcial de la economía por el confinamiento para prevenir la expansión del coronavirus.
De acuerdo con las proyecciones presentadas por el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI) con relación a las pérdidas económicas a causa de la pandemia del coronavirus, Guatemala puede llegar a perder hasta 555 mil 060 empleos en un mes de paro laboral. Y el país estuvo durante 4 meses en confinamiento parcial.
Pero, estos empleos que se han perdido en el país no se pueden reducir a cifras, ya que nos encontramos hablando de ciudadanos. El desempleo que afronta al país tiene cara y son todas aquellas personas que actualmente se encuentran en una lucha por sobrevivir las consecuencias que la pandemia ha dejado.
Muchas familias se encuentran afrontando escasez de comida y de recursos, ya que las cabezas de la casa han sido despedidas o les han reducido las horas de trabajo. Y esto porque muchas empresas han disminuido su actividad económica por el alargado cierre del país.
En Guatemala, la crisis económica que se vive tiene cara, el desempleo tiene cara y estas son algunas de sus historias.
Un papá que lucha por poder alimentar a su bebé
Luis trabajaba como colocador de tarjetas de crédito en uno de los bancos más importantes del país. Cada mes debía alcanzar una meta de tarjetas entregadas, pero debido al COVID-19 conseguir personas que quisieran una o tuvieran la capacidad para adquirir una eran muy reducidas.
Cada semana que pasaba, Luis contaba con menos posibilidades de alcanzar la meta que el banco le exigía. Por ello, luego de dos meses de luchar por conservar su trabajo fue despedido.
Esta fue una situación muy complicada, ya que un mes antes de ser despedido nació su primera hija. Luis necesitaba de ese trabajo no solo para poder mantener a su esposa e hija, sino también para pagar la cuenta del hospital donde había nacido su bebé por complicaciones durante el parto.
Actualmente, Luis se encuentra desempleado y busca un nuevo trabajo, pero ha sido difícil debido a que hay escasez de empleos.
Las dos cabezas de la familia se encuentran sin empleo
Juan y Luisa son una pareja del departamento de Sacatepéquez que han laborado toda su vida como cocineros de distintos restaurantes en Antigua Guatemala. Al comienzo de la pandemia su empleador, dueño de un restaurante en la ciudad colonial, les dijo que intentaría continuar pagándoles el salario a pesar del cierre del establecimiento.
Pero, a medida que pasaron los meses, los ahorros del restaurante se terminaron y el dueño se vio en la necesidad de despedir a la mayor parte de su personal, incluyendo a Juan y Luisa. Por lo tanto, los dos padres de tres hijos se quedaron sin empleo.
A raíz de lo ocurrido se les ocurrió que con los contactos que tenían en los distintos depósitos y mercados de Antigua Guatemala podían dedicarse a distribuir alimentos. Este nuevo negocio que iniciaron fue muy exitoso durante unos meses, pero luego de la reapertura del país, la demanda de sus servicios comenzó a disminuir.
Muchas personas comenzaron a salir al supermercado y al mercado, por lo que Juan y Luisa perdieron a muchos clientes. Actualmente, se encuentran buscando un nuevo empleo que los ayude a poder alimentar a sus tres hijos y pagarles los estudios.