Es el último de una estirpe ideológica combativa, menudo de tamaño, pero con una verba que despertaría la envidia de cualquier político. Ha reconocido públicamente ser un secuestrador y su vida pareciera ser el sueño de un revolucionario que ha logrado vivir más allá de los 70 años.
Lo único seguro de él es que se llama César, lo demás queda sujeto a interpretación, pues algunas veces llevaba por apellido Montes y otras Macías. Y para los efectos revolucionarios la estrategia funcionaba, pues su identidad real se desdibujaba entre discursos y actividades subversivas. Pero, “César” fue un paso más allá. En los registros legales ha logrado una dualidad, que despertaría la envidia de cualquier espía.
A veces se llama Julio Cesar Macías Mayora, un intelectual que usa lentes y posa con su distintivo saco con tejido típico. El documento que ampara su identidad es una licencia de conducir número 111001000699996 y cédula J-1000069999.
La usa para circular por toda la república y a veces hasta para amparar su ingreso a lugares en donde solicitan documentos de identificación. “Este documento lo ha dejado en garitas de fincas u oficinas de empresarios a donde va a realizar negocios”, asegura un trabajador del campo.
Otras, en cambio, deja el Mayora y los lentes por un look más ladino, según se puede apreciar en la fotografía del 22 de enero de 2013. Sin chaqueta, una imagen regordeta de líder revolucionario se plasma en el DPI que usa para asuntos legales. El Mayora lo cambia por López y se convierte en Julio César Macías López, nacido el 20 de marzo de 1942 y su Código Único de Identificación es el 2646-29809-1101.
Para el analista militar, Gustavo Díaz, el uso de dos documentos de identificación es una ilegalidad. “Yo sé que su verdadero nombre es Julio César Macías Mayora, pero el López no sé de dónde se lo sacaron. Usar varios nombres o disfrazar la identidad fueron parte de las estrategias de los grupos subversivos, pero ahora no veo por qué alguien haría algo así”.
“Lo cierto es que ninguna persona debe usar documentos con dos nombres, eso es totalmente ilegal”.- Gustavo Díaz
César Montes no logra explicar el doble uso de documentos, pero asegura que la historia es otra. Hoy, César Macías ya no existe, solo queda César Montes, “nombre que tengo registrado legalmente”. Lo que sucedió, según Montes, es que los servicios son tan malos que en su momento registraron mal los apellidos.
“Desde que nació César Montes murió César Macías, ese personaje ya no existe”.- César Montes.
“César” y la Fundación Turcios Lima
Fue el fundador de la primera organización guerrillera del continente americano. En 1962, “César” dio vida a las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR), pero sus actividades subversivas las comenzó a los 18 años, cuando ganó el mote de el Chiris. Y entre sus más grandes logros destaca haber conocido personalmente al Che Guevara.
Nunca ha dejado el activismo ideológico y actualmente en las tierras del norte de Guatemala organiza una milicia de 13 batallones y 11 mil efectivos. Bajo el nombre de Fundación Turcios Lima, “César” se ha propuesto conseguir tierras para los campesinos más pobres del país.
Pero, su agrupación ha inquietado a muchos en la zona de Las Verapaces, pues un grupo armado de esta magnitud puede ser utilizado para diversos fines, desde invasión de tierras hasta secuestros.
“En esta zona nos vinieron a quitar la tranquilidad y la gente tiene miedo de este grupo, pues no se sabe de qué son capaces”.- Edgar Batres, comerciante de Cobán.
Hoy, una orden de captura, girada por juez Ricardo Isaías Caal, de Cobán, Alta Verapaz, en contra de Julio César Macías López, por el delito de usurpación agravado está vigente. Sin embargo, la gran pregunta que debe resolverse es cuando encuentren a César Montes ¿a quién van a atrapar? ¿A Julio César Macías López o a Julio César Macías Mayora?