La mujer que salvó 800 perros en el Volcán de Fuego
En su casa ya se acostumbraron a verla ir y venir todos los días a la zona cero, en San Miguel Los Lotes y El Rodeo.
A veces sale temprano y regresa entrada la noche.
La misión de Gina es llevarles comida a los perritos que se quedaron allá. En lo que ahora ella describe como pueblos fantasmas.
A los que ya no se pudo traer porque no hay dónde albergarlos.
Lleva quintales y quintales de concentrado todos los días y agua porque se deshidratan rápidamente.
Desde el 3 de junio, cuando comenzó la tragedia de lava, tierra y piedras que arrasó con todo a su paso, ella llegó en busca de los animales. Hasta la fecha hace el recuento de 800 perros rescatados y 500 aves.
Pero ¿qué es lo que hace que esta mujer concentre sus fuerzas en el rescate de los caninos y otros animales?
Un compromiso que desde hace 23 años asumió cuando vio como un perro Rottweiler era criado adicto a la cocaína.
Ella se lo arrebató a los dueños para salvarlo de una muerte segura. Rambo se llamaba el cachorro que la acompañó por 18 años hasta que murió.
Fue su compañía cuando falleció su hijo recién nacido, su hermano a quien le dio un infarto y en su divorcio.
Veinticuatro días tiene Gina de ir a la zona cero. Y sus ojos han visto cosas que ella dice, son impactantes.
Encontró a un perrito sobre la tumba de sus dueños con lágrimas en los ojos. “Estaba llorando, tenía lágrimas hasta el hocico, no se quería venir con nosotros y cuando llegamos a la veterinaria seguía llorando”, comenta.
Vi ganado muerto, reses muertas, deshidratadas por el intenso calor que hacía.
Y los perros sin pelo por las quemaduras, con las huellitas desechas por lo caliente de la lava, moribundos, sedientos, que se quedaron bajo llave en las casas cuidando las pertenencias de sus dueños, muchos murieron, no aguantaron.
Y recuerda a seis cachorros que estaban vivos entre los matorrales, pero los gusanos se los estaban comiendo porque la mamá los abandonó.
Ninguno sobrevivió.
“Desde el primer día empecé a llamar a la gente, a Karla Chacón, a Vivi Marroquin, a Paws y pedí a todos los hogares temporales que acogieran a los perros. Yo en mi casa tengo 12 perros rescatados del volcán”, cuenta.
Gina tiene 54 años de edad y su energía no se acaba a pesar de los dolores que le provocó la mordedura de uno de los perros que no quería abandonar la zona cero, incluso le fracturó el dedo.
Aun así aguantó el dolor y siguió por tres días yendo a San Miguel y El Rodeo.
Gina es rescatistas desde hace 15 años. A ella acuden quienes necesitan salvar a un animal en riesgo. Los topos la llamaban a ella cuando encontraban entre los escombros a los caninos a punto de morir o atrapados.
“No me preocupo solo de rescatar gatos o perros, también he salvado monos, cabras, caballos, entre otros animales”, explica Gina, quien vive en una casa cuyo techo es de es lámina y se le cuela el agua por todos lados.
Pero donde viven los perros que rescata, es un lugar digno. Una habitación techada para que no se mojen.
Para mí un perro es mi salvación porque rescatar uno me hizo cambiar mi forma de actuar, de pensar. Me hace feliz. Le demuestro a mi familia que si uno hace un bien la recompensa viene.
La sensibilidad de Gina no solo es por los animales. A ella, dice que le frustró ver a tanta gente en la zona cero que tratan de partir la piedra para sacar los cadáveres de sus familiares.
Hay un señor que tiene a 50 familiares enterrados, estoy pidiendo apoyo para él. Es duro realmente tanto dolor animal y humano, siente Gina
Si quieres adoptar o apoyar a Gina, este es su número de celular: 56052848. Visita su página en redes sociales con el nombre de Gina Morataya.