Con la llegada del virus, ese que dejo sin trabajo a muchos y a otros tantos los llevó a cerrar sus empresas, Gabriela no lo veía claro. Su próspero negocio de helados, que vendía a grandes empresas, de a poco se venía a pique. Con las ventas de gelato en su nivel más bajo, y las ganas de llevar alegría a las familias encerradas, “Gaby” buscaba una salida. Algo cambió, y esta guerrera salió victoriosa, cuando muchos no lo lograron.
Terminaba marzo de 2020, el cierre del país la dejó sin sus clientes habituales. Los grandes compradores cerraban sus puertas, y Gaby se quedaba a la deriva. Pero antes de tomar la decisión final, su hermana la detuvo.
“Mire, si no podemos vender a nuestros clientes regulares, abramos otro mercado”, le dijo.
Pero como comenzar de cero, en un sistema que para las Escamillas era totalmente extraño, era algo más fácil decirlo que hacerlo. “Nosotros sabíamos de entregar pedidos grandes a nuestros clientes, teníamos los implementos para hacerlo, pero pasar a otro formato de negocio era complicado”, recuerda Gaby.
Contra todo y en menos de una semana, las hermanas lograron lo impensable. Crearon una marca, con su logo, envases, stickers y un sistema de distribución en plena pandemia. “Mire la verdad es que corrimos con todo, y comenzamos hacer entregas a las casas de nuestros amigos y familiares, que luego se extendió a clientes nuevos”, afirma.
Y fue así como nació a la vida comercial-domiciliar la marca “Adoro Gelato”, un hijo de la pandemia y la prueba de que hay a quienes nada los detiene. Y es que una de las grandes innovaciones de Gaby, es la rotación de sabores. Cada dos semanas cambian y vuelven a repetirse cada cierto tiempo. Así por ejemplo el de Pitaya, que salió esta semana, volverá a repetirse en un futuro, con lo cual se garantiza una rotación de sabores y la frescura de los gelatos, asegura Gaby.
Y es que los gelatos de Adoro Gelato, no son hechos con cualquier fruta o productos. Gabriela se toma el tiempo de conocer el lugar donde algunos de estos crecen y la dinámica que siguen antes de llegar a su planta de proceso. “Me gustaría usar productos orgánicos al 100 por ciento, pero no todos están disponibles con esta modalidad”, sostiene. Incluso la leche con que se preparan sus productos, viene de una finca de crianza de vacas Jersey que ella misma seleccionó.
El amor por sus gelatos y el ingenio de Gabriela, están impresos en todo su negocio. Desde los sabores, los productos con que se fabrican y la forma de distribuirlos, llevan el Ok de Gaby. Y si buscas bien en su logo te sorprenderás con el alcance de esta guerrera, que en plena pandemia se reinventó y hoy te lleva los mejores sabores a tu casa.
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