Arrancado el tercer mes del año, la economía guatemalteca aún sufre la afectación que le dejara un 2020 de pandemia. Pequeños empresarios, emprendedores y empleados, que debieron implementar medidas de emergencia para evitar el cierre total de sus negocios y garantizar el sustento de sus familias, aún no ven una luz en este 2021.
Visitar un centro comercial, luego del encierro del año pasado, podría darnos la impresión de que las cosas van a mejor. Sin embargo, Jenny B. propietaria de una venta de ropa en un concurrido centro comercial de la diagonal 6, asegura que es solo un espejismo. “La gente sale los fines de semana a pasear al “Mall”, no necesariamente viene a comprar”, asegura Jenny.
La joven empresaria debió reducir su personal al mínimo, el año pasado, para evita el cierre de su negocio. Y desde que se permitió el ingreso a los centros comerciales, se quedó con una dependiente de tienda entre semana y los sábados y domingos es ella quien ve el negocio para evitar incurrir en más gastos. Y desde su pequeño local, Jenny los ve pasar con las manos vacías. Los visitantes no llegan a comprar, “Si algo pagan es la comida y el parqueo, en otra cosa no gastan”, asegura. Para Jenny de no reactivarse la economía, no le será posible continuar con su negocio. “Si esto no mejor, seguro que mejor cierro”, afirma.
A la preocupación de la empresaria, se unió también el Comité de Crisis del Sector Turismo Organizado. Quien ha solicitado al presidente Giammattei apoyo para el turismo guatemalteco y especialmente la promoción del desarrollo económico de la nación, como lo contempla el articulo 119 de la constitución.
Dentro de las 11 acciones sugeridas por dicho comité, figuran la transformación del INGUAT, la creación de un fondo de protección al empleo para el turismo, campañas de promoción de turismo interno y hasta creación de fines de semana largos.
Otro de los indicadores que advierten sobre el peligro en el que se encuentra la economía nacional, son las cifras del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS). De acuerdo con el Ministerio de Economía para diciembre de 2019 habían registrados 1 millón 389 mil 68 afiliados al seguro social. Pero para 2020, en esa misma fecha la cifra bajo a 1 millón 347 mil 205 lo cual es una alerta para el empleo formal del país.
La baja de afiliaciones coincide en los departamentos que viven primordialmente del turismo. Lugares como Escuintla, Izabal, Quetzaltenango y Sacatepéquez fueron donde más se vio este descenso en afiliaciones, según los datos del IGSS. Y aunque durante los últimos meses de 2020 se recuperó el tema de afiliaciones, cerramos el año con más de 40 mil afiliados menos.
Y es en esta deserción del empleo formal, donde miles de guatemaltecos se las han ingeniado para subsistir. Ventas de comida desde casa, servicios de reparaciones y hasta venta de cosas usadas han cobrado preponderancia en la economía nacional, “pues de algo se tiene que vivir”, comenta Carmen Lucía, una vendedora de segunda mano.
Carmen Lucía se convirtió en asidua vendedora de baratillos que han florecido por toda la ciudad. Cada fin de semana, ella paga Q25 por el derecho a una mesa en casas que se han abierto para tales efectos. El sábado pasado, llevó algunos juguetes a la venta, así como ropa que ya no usa su familia para ganar algunos billetes. “Son cosas que ya no se usan, y en lugar de regalarlas mejor veo si les puedo sacar algo para apoyar a mi esposo”, asegura.
Entre tanto, y sin vacunas, los comerciantes guatemaltecos esperan que a sus compatriotas les pase el miedo al virus y comiencen a gastar. De lo contrario, las cifras de desempleo y pobreza se dispararán en el país.