La denuncia se hizo viral en enero, al menos 19 habrían comido panes con pollo y contraído salmonella. La amenaza de cierre y la semilla de la desconfianza había sido plantada en los clientes, pocos querían volver a “La Berna”.
Mientras unos la vilipendiaban, otros, los menos la defendían. Pero su nombre y sus productos estaban en entredicho.
En una lucha titánica, la pequeña empresa familiar se enfrentaba al poder de las redes sociales y a un Ministerio de Salud que les acusaba de vender panes contaminados. El propio Ministro de Salud, Carlos Soto, confirmaba que “varias personas fueron atendidas en centros hospitalarios, intoxicadas por la bacteria salmonella”.
El ministro por su boca muere
Las palabras del Ministro dieron la estocada final. La máxima autoridad en salud del país sentenció los licuados, panes con pollo y frijol, desde entonces las ventas se vinieron abajo. “Bajaron un 80 por ciento”, afirman trabajadores de la panadería.
Pero hoy, luego de tres exámenes de laboratorio y casi cuatro meses, “La Berna” contraataca. Para sentar un precedente y evitar que funcionarios se apresuren a dar declaraciones sin fundamento, han demandado al Ministro de Salud Pública.
“La Berna” acusa a Soto de difamación y desprestigio comercial, pues tanto el negocio y los clientes se han visto afectados por sus declaraciones en enero. “El Ministerio se negó sistemáticamente a darnos los supuestos resultados de sus exámenes y fue por orden de juez que tuvieron que entregarlos, y sorpresa salieron negativos”, aseguran.
Hoy a la negativa de los otros dos análisis efectuados se suman las conclusiones del Laboratorio Nacional de Salud. “El LNS no encontró presencia de la bacteria salmonella en los alimentos preparados y distribuidos por Panadería Berna”, afirma el comunicado.
Hoy Soto sostiene que el MSPAS se basó en las denuncias y los resultados de sus análisis que confirmaban la presencia de salmonella. “Nunca he difamado, el problema fue de ellos con la intoxicación, nosotros investigamos y salió salmonella en un food truck”.
Si bien es cierto que el camino para ver los resultados de la querella interpuesta por La Berna, es largo, es un buen primer paso para recuperar la credibilidad y confianza de sus clientes. “Dieciocho años de trabajo no los vamos a perder, menos por una situación donde se habló sin pruebas”, asegura otra trabajadora de la panadería.
Los panes con pollo y frijol ya no se venden como antes, pero los verdaderos clientes, esos que durante años la visitan no la dejan sola. Pues en “La Berna”, cuando hay hambre, el local de la 10ª. calle, entre 6a. y 5a. avenidas, con poco llena la tripa.
Conoce sobre la Guerra del Pan en el Centro Histórico.