Karina quería comprarse un regalo de cumpleaños; ella estaba dispuesta a navegar por internet hasta poder tener el obsequio perfecto, por lo que empezó a buscar y por fin encontró un anillo. Lo que más le gustó fue el precio, pues era de apenas Q40.00. Ella iba a solicitar su presente un mes antes de su celebración, sabiendo que tal vez podría llegar después.
Lo que ella no sabía era que le iba a llegar casi medio año después
Ella introdujo los datos de su tarjeta en el portal de compras; no hubo problema, pues solo eso le cobraron el anillo. El anuncio decía envío gratis, por lo que Karina pensó que solo eso iba a gastar.
A las dos semanas le enviaron un correo para indicarle que su paquete ya estaba en Miami, pero ella no tenía en cuenta que eso sería un gasto extra. Logró ubicar el paquete y que una empresa lo pudiera enviar a Guatemala, pero no sería barato.
Cuando la compañía se puso en contacto con Karina para que pudiera pagar el envío del anillo, el monto de la factura era de Q.550.00. Ella estaba sorprendida, pues el anillo le había costado Q40.00 y ahora tenía que pagar muchísimo para poder tenerlo en sus manos.
Ella estaba furiosa porque cuando compró el anillo pensó que el envío sería gratis hasta la puerta de su casa, sin imaginar que tendría que pagar mucho más de lo que le costó el paquete.
Por fin llegó el anillo a su casa, el cual estaba decidida que usaría para Navidad porque era la festividad que más se aproximaba. Al abrir el paquete se dio cuenta de que el anillo era demasiado grande, más bien parecía que le iba a quedar de pulsera. No estaba contenta.
Se encontraba muy molesta por todo lo que tuvo que pagar por el anillo, para que cuando llegara no le quedara. Ante tal situación contactó la página que se lo había vendido, donde el vendedor le indicó que aceptaban la devolución y que le enviarían otro, pero que debía regresarlo.
Ella no quería gastar más, por lo que decidió quedarse con él. Ahora lo usa de adorno en su casa.
Para Mauricio Fuentes, se debe tener cuidado al querer adquirir productos por internet cuando se desconoce la procedencia y forma de entrega.
“Lo primordial que las personas que compran por internet tienen que recordar es que en Guatemala no hay correo, lo que hace que si un producto va a venir no hay forma oficial de poder trasladarlo a las casas, por eso es que las empresas de traslados cobran tanto”. – Mauricio Fuentes, economista.
Karina aprendió la lección y ahora, antes de mandar a traer alguna cosa que necesite, lo hace a través de empresas que se dedican a ello profesionalmente, aunque sea un poco más caro.