Llegó como asesor al gobierno de Jimmy Morales, de a poco fue subiendo de rango en el Ministerio de Comunicaciones. Llegó a ser viceministro financiero administrativo y luego por un golpe de suerte, tras la renuncia de la titular Sherry Ordóñez, el 13 de abril de 2018 se convirtió en ministro. Benito, según sus allegados, habría logrado acceder al cargo que tanto anhelaba y tendría para sí el manejo de Q9 mil 810 millones en 2018 y Q13 mil millones en 2019.
Benito Ruiz, cuya profesión es ingeniero industrial, siempre gustó de la buena vida. Y entre los lujos que se permitió figuraron la crianza de caballos españoles, varias residencias y amistades con criadores de caballos en Guatemala. Y fue allí donde sus contactos y roce social le permitieron congraciarse con empresarios que financiaron la campaña de Morales.
Una residencia donde fue visto varias veces, fue en el edificio San Isidro 2021, zona 16. Allí vecinos del lugar le vieron. “Cuando era ministro llegaba varias noches de la semana, y a veces pasado de copas”, recuerdan. Un vecino recuerda una noche, en que de una camioneta Toyota Fortuner (color negro), descendió un hombre gordo en estado de ebriedad. “Me llamó la atención, porque se venía cayendo, y pregunté en la garita donde me dijeron que era el ministro de Comunicaciones, que venía a visitar a una señora y un niño en el edificio”. Y aunque Benito no registraba el edificio como su domicilio, fueron varios los avistamientos del exministro, recuerdan vecinos.
Entre fiestas y lujos, el recién estrenado ministro comenzó a ver los frutos de su buena estrella. Su estrecha amistad con el presidente Jimmy Morales, fue la que le afianzó un lugar cercano entre los colaboradores más confiables del exmandatario. Al punto que el propio Morales lo calificó de muy inteligente, “a ver si es genio”, dijo en 2019 durante la inauguración del Libramiento de Chimaltenango que costó Q451 millones.
Y serían los halagos que recibió Benito ese abril de 2019, los que cinco meses después se cayeron a pedazos. Inundaciones, derrumbes y quejas de los usuarios de la ruta llevaron a las autoridades a una revisión del contrato. De acuerdo con el Ministerio Público, la obra habría sido sobrevalorada y se habrían utilizado materiales no adecuados para la construcción. Entre los vicios del contrato original, la Fiscalía Contra la Corrupción encontró que la obra debía concluirse en 720 días, cosa que no sucedió y además el mismo fue modificado en 17 oportunidades.
De acuerdo con el MP, Benito habría beneficiado a la empresa CONASA con el millonario contrato, pero luego que se reportaran las fallas en la obra, se debió hacer uno nuevo. Debido a que personeros de CONASA estaban vinculados en procesos penales, se creó una nueva empresa para hacerse cargo de los reclamos.
Es entonces que Renova Ingenieros, una empresa creada en 2017 y que su giro comercial no era la construcción de carreteras entró en acción. Para poder acceder al nuevo contrato, RENOVA agregó en el Registro Mercantil, en octubre de ese año que su actividad principal era la construcción de carreteras. Se crearon bases de licitación ad hoc a la empresa, que no figuraba en el Registro de Precalificados de Obras del Ministerio de Comunicaciones, y se creó la junta de licitación. Esta fue nombrada por el entonces director de Caminos, Juan José Hanser Pérez y fue el propio Benito Ruiz quien oficializó el nombramiento de dicha junta.
El metro de electromalla se pagó a Q133, cuando el valor de mercado es de Q29.10. Con lo que el sobrecosto de este producto llegó a los Q15.1 millones en toda la obra.
Y fue durante los trabajos de 2019 que la empresa RENOVA recibió Q90.4 millones del gobierno como pago por las reparaciones. Esta a su vez trasladó, durante 2019, Q89 millones 13 mil 500 a la constructora original CONASA. Y fueron estos indicios los que llevaron a que, en julio, el juez Mynor Moto autorizara 29 órdenes de captura. De las 34 órdenes que solicitó la FECI, Moto dejó fuera a 5 personas, entre ellas el exministro José Luis Benito, pues adujo que no había indicios, pese a que Benito era la máxima autoridad cuando se cometieron los hechos.
Y aunque todo el tiempo se habló de sobrevaloración en el proyecto, no fue sino hasta octubre del presente año que quedó claro a dónde fueron a parar parte de los fondos. Una vivienda en Antigua Guatemala, arrendada por el propio Benito, guardaba el secreto. Allí Q122 millones, distribuidos en 22 maletas contaban la historia del paso de Benito por el Ministerio de Comunicaciones.
Una de ellas, la etiquetada con el número 10 por el MP, tenía dinero en efectivo en su interior. Y ya fuera por descuido o mala fe, a alguien se le olvidó retirarle una etiqueta de vuelo a la pieza de viaje. Guatemala-Madrid-Guatemala, se podía ver en la impresión del sticker fechado 12 de noviembre de 2018, fecha en que Benito viajó a Madrid y volvió el 19 de ese mismo mes. Hoy es esa misma etiqueta la que ha servido a la FECI para establecer la propiedad del dinero encontrado en la vivienda de Antigua Guatemala.
Aunque Benito hoy está prófugo de la justicia, señalado de lavado de dinero, deberá responder por la procedencia de los fondos encontrados en la vivienda que rentaba en Antigua Guatemala. Además, otros funcionarios del gobierno de Morales, quienes fueron vistos en el inmueble, podrían ser llamados a declarar en el caso por el descuido que tuvo el genio que dejó una etiqueta en una maleta.