Pagó sobornos a ambos lados del Atlántico, pero ahora algunas líneas de investigación apuntan a que su dinero podría haber llegado a manos de sus acusadores. Así corrieron los millones de la naviera española para comprar voluntades en la madre patria y en la que huele a caña.
Para la dinastía naviera española Pérez y Cía., fundada en 1853, el día más oscuro ha llegado. Y no es para menos, uno de sus principales accionistas ha sido detenido con relación al pago de sobornos a ambos lados del Atlántico.
Mientras que en Guatemala, Ángel Pérez-Maura es acusado por el MP y CICIG del pago de coimas por Q257 millones, al ex presidente Otto Pérez Molina, Roxana Baldetti y otros funcionarios, para el contrato de la empresa portuaria TCQ, en España se le señala de pagar Q87.5 millones para evitar la extradición y enfrentar a la justicia guatemalteca. Y es este último pago el que ha generado la mayor inquietud entre el acusado y sus perseguidores.
Los nombres de funcionarios españoles, que habrían recibido dinero del empresario y hasta su relación con los acusadores en Guatemala son objeto de investigación. Tal es el caso del exjuez, Baltasar Garzón, quien habría participado en la estrategia para evitar la deportación de Pérez-Maura y también habría sido salpicado con dinero del magnate naviero.
Para tales efectos, el empresario dispuso de 10 millones de euros para comprar voluntades y evitar ser extraditado. La pieza clave de la investigación española apunta al comisario jubilado, José Manuel Villarejo, quien habría pagado a funcionarios españoles fuertes sumas de dinero, para frenar la extradición desde España.
Y los esfuerzos de Villarejo dieron frutos, para 2018 la Audiencia Nacional ya había negado la solicitud de extradición de Pérez-Maura en dos ocasiones. Guatemala reclamaba al empresario por los delitos de asociación ilícita, fraude y cohecho, pero solo podría ser entregado por el último, pues los dos primeros no figuran en la lista de 24 delitos del tratado de extradición firmado entre Guatemala y España.
Una “estrategia desde la izquierda”
Entre tanto, se presume que, para detener el proceso en Guatemala, Garzón, cercano colaborador del ex comisionado, Iván Velásquez, se valió de sus contactos para evitarle el mal rato al magnate español.
En 2017, Garzón se habría reunido con Velásquez, en Madrid, durante un foro sobre los desafíos de la Cooperación Internacional, al cual el ex comisionado fue invitado por la ONG, Oxfam Intermón. Y es allí donde se presume que Garzón hizo lo suyo para apoyar al magnate naviero.
“Desde CICIG desmentimos categóricamente una reunión del comisionado Iván Velásquez, en España vinculada con la extradición del señor Ángel Pérez-Maura”, Matías Ponce, vocero de CICIG.
Además, Villarejo, quien no gustaba de dejar asuntos a medias, diseñó una “estrategia desde la izquierda”, que incluía financiar proyectos de grupos que habría denunciado la corrupción de Pérez-Maura en Guatemala, como la ONG, Acción Ciudadana. Además, de financiar proyectos de la fundación Konrad Adenauer, para ganar la simpatía del presidente Jimmy Morales.
“Para resolver este conflicto judicial, hay dos personas clave: Nineth Montenegro (en la bancada de Encuentro por Guatemala) y Manfredo Marroquín, presidente de Acción Ciudadana”, revelan los documentos de la Audiencia Nacional incautados a Villarejo.
Pero, la suerte y los fondos de Pérez-Maura no fueron suficientes para mantenerlo libre. Hoy, el magnate naviero ha sido detenido por instrucciones de la Fiscalía Anticorrupción de España, pues se le señala del pago de sobornos a funcionarios públicos en el llamado caso Tándem.
Como se desarrolle el caso lo cierto es que hoy los ojos de la lucha en contra de la corrupción apuntan a dos personajes. Dos ídolos internacionales, que por encima de la justicia parecieran tener un mayor gusto por el dinero. Garzón y Velásquez, los adalides de la ley, que no habrían escapado a la última tentación.