En el mundo, la influenza es uno de los mayores desafíos que presenta la salud pública. Se estima que cada año se detectan mil millones de casos, de los cuales 3 a 5 millones son casos graves y entre 290 mil a 650 mil personas mueren por problemas respiratorios relacionados con dicho mal.
El COVID-19, en comparación de la influenza, tiene una tasa de mortalidad del 3.4 por ciento de personas. Su propagación empezó en diciembre de 2019 y hasta la fecha se han registrado en el mundo 534 mil 366 mil casos de coronavirus en 187 naciones. Estados Unidos superó a China e Italia, con más de cien mil casos de personas contagiadas.
Pirámide de influenza
“El COVID-19 se propaga de manera menos eficiente que la influenza, la transmisión no parece ser impulsada por personas que no están enfermas y causa enfermedades más graves que la influenza; todavía no hay vacunas o terapias específicas, y puede ser contenida”, comentó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
Aunque el virus de la influenza cada año registra un gran número de muertes, se puede prevenir a través de la vacuna, según indica la Organización Mundial de la Salud (OMS); en el caso del COVID-19, siendo un virus nuevo, los científicos continúan realizando investigaciones para encontrar la cura. “La amenaza de influenza pandémica está siempre presente. Debemos estar atentos y preparados”, resaltó Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Ambos virus pueden ser letales para el ser humano, por las complicaciones respiratorias que se pueden presentar; sin embargo, la influenza al tratarse la mayoría de las personas se recupera, pero continúa siendo letal porque algunos la ven como una “gripe”. La mejor forma de prevenirla es por medio de la vacuna; y en el caso del COVID-19, lavarse las manos con frecuencia y el aislamiento social mientras se encuentra la cura.
Fuentes: OMS, Medscape, RTVE, CDC