La escena era digna de una manifestación de CODECA, mantas, cuerpos en el suelo y madres con sus hijos en brazos pasando frío. Llegaron el miércoles, pero han mantenido los ojos puestos en la entrada del colegio desde el año pasado.
En septiembre, llegó a la familia el miembro más joven, una niña. La alegría desbordaba el hogar de Adrián Teni. La sonrisa de él escondía una angustia, la que todo padre tiene “darle la mejor educación posible para que se supere en la vida”.
Los Teni tienen claro dónde y el tipo de educación que quieren para su pequeña. No había cómo perderse, dentro de dos años la niña sería alumna del Instituto Austriaco Guatemalteco.
“Aún tiene cuatro meses, pero queremos que vaya al Austriaco”. Adrián Teni
Así se convirtió en el número 1
Desde el 2 de enero, Adrián y su familia han rondado la zona 16. “Pasábamos cada vez que podíamos a ver cuándo colocaban el cartel”.
Pasaron los días y, finalmente, esta semana colocaron el aviso. El cupo para 125 niños se abriría y las energías de la familia se volcarían a una sola cosa, “colocarse en un buen lugar en la fila”.
“Llegué el martes para empezar la cola, pero la seguridad del colegio me retiró, pues dijeron que obstruía la circulación de vehículos”.
Al día siguiente volvió y nadie lo pudo mover. La educación de su pequeña bien vale cualquier sacrificio.
Uno a uno, se fueron sumando los padres de familia a la cola. La malla, que circula el lote baldío, se convirtió en el respaldo de sillas, mesas, camas y hasta de valladar.
Mientras comenzaba a formarse la cola, otra madre interesada en inscribir a su niño pasó por el sector. Un teclado y la noticia se volvió viral, “ya empezó la cola”.
En menos de lo que se dice Sachertorte, más padres se sumaron a la fila. El miércoles cerró con 40 familias a la espera del sábado.
Del Facebook al chat y a la cola
Los padres más experimentados, aquellos que ya tienen hijos en el colegio, saben cómo funciona la cosa. Hasta han abierto una página de Facebook para informar a todos los interesados sobre el cronograma de actividades.
Y es del Facebook que se desprende otro grupo social. El chat de WhatsApp, en el cual figuran todos los padres que buscan una primera inscripción.
Allí el aviso de la cola que inició Adrián, puso en alerta a más de un centenar de familias. Fue así como los días y noches restantes a la entrada al colegio adoptó una apariencia de manifestación campesina.
Así se organizan
Detrás de la aparente improvisación de los padres de familia, que acampan en las afueras del Instituto Austriaco, hay una coordinación que despertaría la envidia de Joviel Acevedo y sus sindicalistas. Todo, desde el orden, la comida, turnos y el baño están perfectamente analizados.
Para permanecer en el lugar, las tres noches y cuatro días, los familiares coordinaron con la Municipalidad capitalina los permisos para estar en el sector. Además, con el colegio se organizó la lista de orden de asistencia y la seguridad que ofrece la comuna y el plantel educativo.
“Los baños los pagamos los padres de familia y la seguridad la da la Muni y el colegio, para evitar asaltos”.
A sus cuatro meses, la pequeña no conoce más que los brazos de sus padres, pero cuando sea grande sabrá del sacrificio que ellos hicieron por su educación. Frío, hambre, lluvia y noches a la espera de que se abriera el cupo de inscripciones del 2020.