Por Giovanni Aldana para Mi Gente Informa
Desde 2018 el gobierno de Honduras ha bloqueado la exportación de lácteos guatemaltecos al vecino país, expertos en el tema económico creen que se puede tratar de un bloqueo comercial, el cual se apoya en los supuestos procesos burocráticos internacionales.
¿Bloqueo comercial? ¿Burocracia? ¿Falta de voluntad? Puede ser una o todas estas opciones las que mantienen frenada la exportación de lácteos guatemaltecos a Honduras.
Desde 2018, ni las autoridades hondureñas ni las guatemaltecas han hecho algo para resolver la solicitud de los empresarios locales para que se autorice la exportación de leche y demás productos lácteos al vecino país centroamericano.
En octubre de ese año, empresas guatemaltecas oficializaron ante el Servicio Nacional de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria (SENASA) de Honduras, su solicitud para que este ente realizara las inspecciones que por ley corresponden, a sus instalaciones.
Esto con el propósito de poder obtener una licencia para que los productos guatemaltecos puedan comercializarse en suelo hondureño.
A paso de tortuga
Según el reglamento centroamericano, una vez hecha la solicitud por el país exportador, el país que recibirá las mercancías debe hacer la inspección de las plantas productoras y otorgar la licencia en un plazo de 60 días. Ello significa que para diciembre de 2018, las empresas debieron estar enviando su producto a Honduras sin ningún problema.
Esto no ocurrió y las autoridades hondureñas no han hecho comentario alguno sobre el retraso del trámite. Según ejecutivos de la Cámara Guatemalteca de Alimentos y Bebidas (CGAB), por el contrario, se les han puesto más trabas para otorgar las licencias.
La percepción del gremio productor de lácteos es que Honduras simplemente “no quiere extender las autorizaciones”, en una violación flagrante y maliciosa de las leyes. Ante la exigencia de los empresarios para que otorguen las licencias, las autoridades hondureñas enviaron un cuestionario para gestionar otro proceso que no era el original.
Con este documento, Honduras pretende comprobar que nuestro país tiene la capacidad de controlar la operación de las plantas productoras de lácteos. Los exportadores ven esto como una estrategia para ganar tiempo y no permitir la extensión de las licencias, pues las industrias fueron diseñadas para la producción a gran escala. Entonces es una forma maliciosa de protección del mercado.
Y las cifras de importación/exportación entre ambos países marcan una gran diferencia. Mientras Honduras envía productos lácteos a nuestro país por un monto de US$10 millones, Guatemala apenas logra recaudar 140 mil dólares por la exportación de lácteos a dicho país, cuando se han invertido entre 50 y 60 millones de dólares para atender la demanda a nivel centroamericano.
Pasividad del Ministerio de Economía
La CGAB solicitó al Ministerio de Economía en 2019 y 2020 que hiciera valer la ley para que Honduras cumpla con atender la solicitud de licencias, invocando el mecanismo de solución de diferencias. Con ello, el vecino país estaría obligado a explicar la causa del incumplimiento y a proponer una solución.
Sin embargo, la respuesta de las autoridades guatemaltecas fue que hay que dar tiempo a Honduras para que cumpla con la ley. Esta actitud, quita la oportunidad a los productores lácteos de poder exportar sus productos. Son seis plantas las que están esperando las inspecciones, entre ellas las de Lala, Trebolac, Helados de Guatemala (Dos Pinos) y Bonlac.
Las autoridades hondureñas ofrecieron resolver el tema entre enero y abril de 2021. Vamos por febrero y no se vislumbra ningún movimiento en este caso. Los productores opinan que la pasividad del Ministerio de Economía es escandalosa.