Esto pasa con algunos niños y adolescentes que madrugan al colegio
Puntuaciones más bajas. Déficit de atención y niveles de depresión. Esto ocurre con los niños y adolescentes madrugadores.
Los niños y adolescentes que salen desde las 4:30 de la mañana a esperar que el bus escolar pase por ellos en una esquina de la colonia.
Terminan su sueño dentro del automotor, incluso algunos van con almohada y cobija y ven como aclara el día mientras llegan al colegio.
Y afecta más a los adolescentes que a los niños.
No duermen lo suficiente y eso puede traer consecuencias a su salud mental, psíquica y de educación escolar.
Especialistas indican que los adolescentes necesitan al menos nueve horas y media de descanso, porque debido a su edad les cuesta conciliar el sueño a tempranas horas por un retardo de melatonina en su cerebro.
Pero, al iniciar el ciclo escolar, apenas completan las siete horas de sueño.
Y la pérdida crónica de sueño contribuye a aumentar los niveles de depresión y tendencias suicidas.
Los alumnos desvelados pierden la capacidad de permanecer alerta y concentrados en las aulas.
Eso genera un cansancio crónico.
Es decir que por cada dos horas menos de descanso, el riesgo de fracaso escolar se duplica.
Con los horarios actuales, si un estudiante de 15 o 16 años comienza las clases a las 7 de la mañana, debe despertarse entre las 5 y 5:30 de la mañana para llegar a tiempo a clases, pero no es así.
Los horarios de los colegios, aunado al tráfico, contribuyen cada vez más a que los niños y adolescentes salgan de sus casas sin la luz del sol. Que regresen a su hogar, en el mejor de los casos, a escasas dos horas de que se oculte.
Fuentes: Colegio de Psicólogos de Guatemala
Fundación Nacional del Sueño (NSF)
Academia Americana de Pediatría
Fotos: Google