Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

De reuniones secretas con la ex fiscal, Thelma Aldana, a pagos para diputados y negocios con Roxana Baldetti. Dijo que temió por su vida, que su antiguo jefe era un hombre poderoso, “en parte aún temo por mi vida”, así cantó la asistente de Alejandro Sinibaldi.




Q100 millones escondidos

Tras meses de esperar, la confidente por fin habló. Lo dijo todo, de todos y más. Anelisse Herrera, era la asistente de Alejandro Sinibaldi y hoy se convirtió en colaboradora del MP. Espera que sus declaraciones sean suficientes para lograr el perdón por su participación en los negocios sucios que la llevó de la lona a la seda.

Y mucha fue la seda que se necesitó para cubrirla, al igual que la fortuna mal habida de su antiguo patrón. Lo que sale de su boca podría poner de cabeza, al ya descalabrado sistema judicial de Guatemala y esto es lo que contó durante su declaración en febrero pasado.




Sobre cómo pagaba sus operaciones, los sueldos de sus empleados y dónde escondía parte de su fortuna, Herrera reveló las cantidades y procedimientos para hacer llegar el dinero. Los fondos se guardaban en propiedades de Sinibaldi y según la necesidad, se iban a traer.

De un apartamento en edificio Las Pilas se sacó un estimado de Q21 millones, mientras que de GAUDI fueron Q30 millones. “En el sótano que estaba en el edificio GAUDI, estaba la camioneta blindada que eran Q7 millones”.

Además, aseguró que el hermano de Sinibaldi, Álvaro, guardaba Q6 millones y US$770 mil en el edificio Murakami y en “el apartamento de Margaritas, 5B otros Q35 millones y US$850 mil, todo en efectivo”. En total, la cantidad de dinero que Sinibaldi y su estructura guardaban en caletas, ascendía a unos Q100 millones y US$2 millones.




“Dinero que yo no vi, pero conozco esas cantidades por el detalle que tengo acá y entregué a ustedes”, Anelisse Herrera.

Herrera también habló de las cajas fuertes que Sinibaldi mantenía en sus “casas seguras”. Detalló además cómo las viviendas habían sido modificadas para esconder espacios secretos donde los millones eran escondidos.

“En el 5B de Margarita, había que entrar al baño, mover un mueble y había una puerta negra de aluminio y ahí es donde se ingresaba a las cajas fuertes”. Anelisse Herrera.

El partido MR

Debido al desprecio que la ciudadanía tenía por el Partido Patriota, Sinibaldi buscó otra agrupación para promover su figura y tratar de participar en las elecciones generales. Fue el ex diputado del PP, Rubén Mejía, quien se encargó de comprar el partido Movimiento Reformador (MR) para que Sinibaldi lo utilizara.




Se le pagó a Jorge Briz y a cambio este entregaba pagarés a Mejía para cerrar la operación. “Yo ya le preparaba el dinero que me decía algunas veces él me lo entregaba el dinero que lo tenía en sus cajas fuertes y otras veces era del dinero que estaba en la caja fuerte de mi oficina”.

Luego se necesitaba que MR tuviera todo en orden y llenar las casillas de los candidatos a diputados. “Tenía que llenar espacios…pero los diputados importantes eran los que estaban en el Patriota”.

La estrategia sería que luego de reelegirse los diputados patriotas se sumarían a la bancada de Sinibaldi. A los diputados se les pagó y se tenía el compromiso con el ahora prófugo.

Todo el dinero que se entregaba a los diputados era efectivo…por lo regular eran entre Q400 mil y Q600 mil cada vez,…se les daba Q25 mil mensuales a cada uno”. Anelisse Herrera.

Así la mantuvo fuera el “Fisiquín”

Desde que se destapó la corrupción dentro del Partido Patriota, todo el personal de Alejandro Sinibaldi entró en pánico. La amenaza de allanamientos, capturas y la posible detención inquietó a más de uno.

Y ni el propio Sinibaldi se escapó de esta paranoia. A sus más cercanos colaboradores les ordenó dejar de usar sus tarjetas de crédito, el celular y hasta no ir a sus propias casas, “no vaya a ser”.

Herrera, se convirtió de la noche a la mañana en el objeto de interés de las investigaciones. Pero Sinibaldi tenía otros planes. “Me seguía pagando mi sueldo sin ningún problema”. Y, en mayo de 2016, le instruyó que saliera de Guatemala, “por precaución”.

Herrera relató que volvió a Boston, pero que en esta oportunidad salió por El Salvador hacia Nueva York. Estuvo dos semanas en Boston, pero como Sinibaldi no le había dado dinero tuvo que regresar a Guatemala.

De Anelisse Herrera, de aquella prepotente y soberbia asistente poco queda. Hoy decidió traicionar a quien le dio de comer y le permitió cambiar la lona por seda, para evitar la cárcel.

Todas las noticias, directamente a tu correo

Recibe todas las noticias destacadas de Relato.gt, una vez por semana, 0 spam.

¿Tienes un Relato por contar y quieres que nosotros lo hagamos por tí?

Haz click aquí
Comparte
Comparte