Lucrecia y su familia necesitaban un descanso. Decidieron alquilar un chalet en Monterrico para pasar un fin de semana en familia y la fecha para viajar al pacifico sería el 13 de marzo. Dado que un hospedaje en hotel rebasaría presupuesto familiar, optaron por rentar un chalet. Así estafaron a la familia de Lucrecia y este fue el fin de semana que jamás olvidarán.
“Alquilo hermoso chalet en Monterrico, cuatro dormitorios, piscina, rancho y jardín a la orilla del mar”, rezaba el aviso publicado en la red social de FaceBook. Esteban, el marido de Lucrecia, calculó que si se invitaba a sus suegros y un cuñado los Q4 mil 500 se podrían cubrir fácilmente.
“Hicimos los números y pagar Q1 mil 500 por familia sería más cómodo, por lo que llamamos a mis papás y mi hermano”, recuerda Lucrecia.
Luego de coordinar con la familia, Esteban se contacto con la persona que ofrecía la vivienda. “Se llamaba Luis Juárez, y decía ser el dueño”, asegura Esteban. Juárez les comentó sobre los servicios con que contaba la casa y el tema del deposito que sería devuelto luego de finalizado el fin de semana. Tras la conversación, donde entre otros temas se discutió la ubicación del chalet, el pacto de caballeros se cerró.
Solo quedaba pendiente que Esteban realizara el depósito a una cuenta de banco que Juárez le haría llegar. Era el 3 de marzo, cuando los Q4 mil 500 fueron depositados a la cuenta, y los integrantes de la familia comenzaron a planear la vacación. La comunicación con Juárez se mantuvo constante, inquietudes sobre el servicio de guardianía, limpieza y capacidad del refrigerador fueron respondidas una a una por el arrendatario.
Lucrecia y su familia esperaban ansiosos ese sábado para salir. Llegada la fecha del arrendamiento, la pequeña caravana de tres vehículos partió rumbo a la costa. Llegados al peaje, se comunicaron por última vez con Juárez quien les aseguro que todo estaba listo para su llegada. Pero nada fue así.
Al llegar a la vivienda, llamó la atención de la familia que dos vehículos ocupaban el lugar del estacionamiento. “Que raro, le dije a mi esposo, seguro son personas que alquilaron antes de nosotros y están por irse”, le respondió Esteban. Pasada media hora y luego de que no se veía movimiento en el parqueo, Lucrecia decidió entrar en la propiedad.
“Perdonen, venimos a la casa”, les dijo. Seis personas en la piscina voltearon a verla con sorpresa. “¿Que vienen a que?, respondió un hombre gordo que llevaba una calzoneta estampada con sandías. “Somos los que alquilaron la casa para el fin de semana”, le replicó Lucrecia. El intercambio de miradas, donde nadie parecía entender lo que sucedía duro unos segundos.
“Señora disculpe, creo que tienen la casa equivocada, esta no esta en alquiler”, respondió el voluminoso hombre. De inmediato Lucrecia llamó a Esteban y le pidió que contactara con Juárez. Este ultimo ya no respondió. Se le escribió por WhatsApp y parecía haberles bloqueado la comunicación.
Esteban y Lucrecia le mostraron al hombre las fotos de la casa y el anuncio donde estaba en alquiler. “Hasta le enseñamos la boleta de depósito y la confirmación de Juárez”, recuerda. “Mire que pena me da”, dijo aquel bañista, “creo que los estafaron, esta casa es mía y nunca la he puesto en alquiler, y sobre ese señor Juárez no tengo idea de quien es”, concluyó.
Lucrecia no sabe que cara puso, pero no debió ser una buena, pues la familia los invito a tomar agua y tratar de localizar al falso arrendatario desde la vivienda. Pero nada, un par de horas después, Esteban, Lucrecia y la pequeña caravana salieron del lugar. “Ni le digo como estaban mis hijos y sobrinos, lloraban y se querían quedar, pero no era posible”.
Por el mismo camino que habían llegado, los fracasados vacacionista se devolvieron. Fuimos estafados, por confiados, por creer en un pinche anuncio en las redes sociales, concluyó Lucrecia.
Casos como el de Lucrecia son más comunes de lo que se pensaría. Y hoy las redes sociales están llenas de denuncias, donde personas advierten sobre estas estafas. La página Monterrico Beach Network y Monterrico Casa de Descanso tienen una docena de denuncias similares a la de Lucrecia. El pasado 16 de marzo a las 4:24 PM, estas redes advirtieron sobre estafadores que ofrecen casas en Monterrico.
“Esta es la 8va. Vez que se me contacta por personas que (h)an alquilado casa con dicha persona y los (h)an #estafado descaradamente, reza el post de advertencia.
Expertos en bienes y raíces, que trabajan alquileres en el sector, sostienen que esta práctica ha cobrado fuerza en los últimos meses luego lo vivido el año pasado por la pandemia. “Muchas personas quieren salir y se arriesgan con alquileres en las redes sociales, pero en muchos casos pueden perder su dinero”, asegura una experta. Para ella es recomendable, antes de pactar o pagar, indagar más sobre la propiedad que se piensa alquilar. “Una regla importante es, si esta demasiado buena la oferta, seguro hay algo malo”, sostiene.
“Nosotros recomendamos a las personas que estén interesadas en alquilar una casa para el fin de semana, pedir al menos cinco o seis contactos que se puedan verificar que la propiedad haya sido rentada en otras ocasiones”, asegura. Pero lo más importante es pedir referencias de empresas y chequear el perfil de quien dice ser el dueño de la casa, una búsqueda en google o en FB sobre el dueño y hablar con personas que puedan avalar lo ofrecido por el propietario. “Es mejor si tienen referencias de empresas, pues esas no desaparecen de la noche a la mañana y por lo menos hay a donde ir para pedir cuentas en caso de que algo malo suceda, afirma. Lo más importante, es no pagar no tanta antelación y estar seguro de que se ha tratado por varias vías de verificar y, sobre todo, no pagar por anticipado”.
Para quienes tienen planificado un viaje esta Semana Santa, la experta asegura que, aún están a tiempo de verificar si todo está en orden con su alquiler para estas fiestas. Es fácil ser confiado, pero más fácil es ser estafado, asegura.