Los diarios Houston Chronicle y San Antonio Express News investigaron durante seis meses esta red de 47 mil iglesias e instituciones evangélicas.
Más de 15 millones de miembros conforman distintas congregaciones religiosas. Especialmente la evangélica, que tiene más fieles en el sur de Estados Unidos.
Como si fuera la segunda parte de la película Spotlight, cuando periodistas del Boston Globe, en 2002, sacaron a luz abusos sexuales por parte de padres de la iglesia católica.
Una nueva crisis en la religión surge con la principal Iglesia protestante de Estados Unidos, la Southern Baptist Convention. Dicha organización religiosa se ha visto sacudida por un gran escándalo sexual revelado por periodistas, que involucra a cerca de 400 pastores, voluntarios y educadores en dos décadas.
Años oscuros
Desde 1998, al menos, 380 miembros del clero de la Southern Baptist Convention (SBC) han sido acusados de haber abusado sexualmente de más de 700 personas, la mayoría de ellos menores, según concluyeron los reporteros en la investigación.
De acuerdo con la revisión de miles de documentos judiciales, 220 pastores y voluntarios han sido condenados.
Hechos van desde la posesión de imágenes de pedofilia hasta la violación, y docenas de casos siguen aún en los tribunales.
Representantes de SBC reconocieron que probablemente existen otros casos, y hacen un llamado a las víctimas para que se presenten ante la justicia.
“Es hora de llorar y arrepentirse, los cambios están llegando”, expuso en Twitter el presidente de la convención, J.D. Greear.
El Comité Ejecutivo de SBC aprovechará una reunión para “revisar un estudio encargado el verano pasado sobre el tema”, resaltó el martes a la AFP uno de sus voceros, Roger Oldham.
No hay excusa
Investigadores del Boston Globe (2002), después de destapar un gran escándalo en el clero católico, implicaron a los responsables de esta iglesia evangélica, también conocida como Convención Bautista del Sur, acusados de no haber actuado para atajar el problema.
Según ellos, en 2007 las víctimas propusieron una lista de medidas para prevenir nuevos abusos, como la creación de un registro de los pastores involucrados.
Pero los dirigentes de la Southern Baptist Convention se opusieron argumentando la independencia de las distintas iglesias que conforman su doctrina, vinculadas entre ellas solo por un acuerdo de “cooperación” y muy cautelosas con respecto a su autonomía.
“Cada congregación dirige sus propios asuntos, no hay obispo, nadie supervisa. La gente no puede utilizar la autonomía de las iglesias como excusa”, indicó a la AFP Russell Moore, un responsable de la SBC.
Al menos 35 pastores, voluntarios y educadores han podido así pasar de una iglesia a otra, a pesar de sus antecedentes, según la investigación de los diarios.
Un ejemplo claro fue un pastor de Illinois, Leslie Mason, condenado en 2003 por dos agresiones sexuales. Comenzó a predicar lejos de ese lugar después de cumplir su condena de prisión, sostienen los corresponsales.