Tras el final de la época navideña, una nueva etapa se avecina: el inicio de clases y con ello las largas listas de útiles escolares, que representan un gasto considerable. En enero se inicia la carrera de compras, cientos de padres de familia se aglutinan en ferias y librerías para conseguir lo necesario en el inicio del ciclo escolar.
Las listas van desde un juego de lapiceros hasta elementos más complejos, como cajas de herramientas, estetoscopios, mascarillas, dependiendo la especialidad. Paty Arceo, dueña de una librería, dio a conocer que el valor de una lista de útiles depende de dos factores: el año que cursan y el tipo de colegio.
“Una lista de preparatoria puede costar entre Q200 y Q400; pero otras, con cosas más específicas, van desde los Q500 hasta Q1,500”, indicó.
Aunque el canal de adquisición tradicional siempre ha sido a través de las librerías, los comerciantes aprovechan estas fechas para obtener ganancias ofreciendo descuentos, créditos, servicio a domicilio o algunas regalías.
Magda Gómez, comerciante desde hace más de 15 años, explicó: “Es mejor comprar a consignación, para no perder la mercadería. Mi hijo decidió que este año abriéramos una página en Facebook y que la gente nos contactara para mandarles los útiles a domicilio”.
Marvin Girón, padre de familia de tres niños, expuso: “Todos van al colegio y sus listas de útiles son bastante largas; nos exigen que compremos marcas específicas, por lo que mi aguinaldo y el de mi esposa van destinados a ello. Por los tres gastamos alrededor de Q8 mil, entre libros y útiles”.
Algunos padres de familia recurren a otras alternativas para “ahorrar”, como el reciclaje. “A fin de año revisamos los cuadernos que todavía tienen hojas en blanco para que los usen de nuevo, así como los lapiceros, marcadores o crayones”, señaló Wendy Paiz. “Al final es un gasto doloroso, pero todo se hace con tal de que los niños salgan adelante”, agregó.
Gregoria Tupul comentó que el uso del diccionario se ha quedado en el pasado, ya que sus hijos usan el Internet para resolver sus dudas. “Antes sí los usaban, pero ahora los patojos en el teléfono buscan lo que no saben. Ya no vale la pena comprar un diccionario”, resaltó.
“Todo eso de las témperas y los marcadores permanentes son elementos que ya no se usan. Siempre regresan casi nuevos a la casa”, añadió Tupul.
“A mi hijo, de 5 años, le pidieron en el colegio cinco libros de casi Q200 cada uno. Solo en él voy a gastar alrededor de Q1,500, mientras que con mi hija de bachillerato ya voy gastando casi los Q2 mil. Creo que los colegios deberían analizar bien lo que piden, porque es la misma lista desde hace varios años”, manifestó por su parte Luis Gómez.
Para estas fechas es común que algunos establecimientos quieran subirle el precio a algunos artículos escolares, utilizando publicidad engañosa para atraer a los consumidores y luego no cumplir con lo que prometido. Ante esta situación, la Diaco recomienda no quedarse callado y denunciar cualquier abuso al 1544.