Sergio Cetino, de 35 años, es uno de los operadores de planta de pastas para la Minera San Rafael. Él, junto a otros colaboradores se encargaban de rellenar los túneles después de cada extracción de materiales y minerales.
Fue contratado el 21 de enero de 2014, alrededor de cuatro años después estando en su periodo de vacaciones, se enteró de la demanda interpuesta contra el Ministerio de Energía y Minas. Al regresar a sus labores, se encontró que debido a la demanda se habían suspendido las labores de la mina.
“Nos dijeron que iban a detener las operaciones hasta nueva orden”, comentó.
A partir del 5 de julio se detuvo la producción de la mina, desde ese entonces a Cetino y al resto de trabajadores no se les permitió entrar. De los colaboradores, solamente el personal de mantenimiento y los que sacan agua del túnel ingresan a las instalaciones.
A pesar del paro de labores, Cetino indicó que los encargados de la Mina les dijeron que aguantarían lo que pudieran teniéndolos contratados. “Siempre, continuamente, como si estuviéramos trabajando dos o tres días antes de fin de mes nos depositan a nuestras cuentas”, resaltó.
Despidos masivos
Aún así, en enero del presente año se dio el primer despido masivo de 250 personas. “Ya cuando tú ves un despido entra la incertidumbre de qué pasará con el resto de nosotros”, dijo.
A los despedidos en enero, se le unieron 250 personas más que dejaron de trabajar para la mina en marzo. Además, ya hubo otras 200 plazas cerradas en el presente mes, alcanzando alrededor de 700 trabajadores despedidos.
“Como padre de familia es bien difícil porque sabes que te va a tocar, te tienen en agonía”, lamentó Cetino. Debido a ello, ha tenido que buscar trabajo en otros lugares sin ser afortunado en encontrar alguno.
Dos hijos y su esposa, además de una casa arrendada en San Rafael, lo mantienen preocupado todos los días por un posible despido. Si esto llegase a pasar, Sergio y su familia tendrán que emigrar, incluso ya está pensando en irse a Estados Unidos.
La opción de emigrar es algo que, según asegura, otros 57 extrabajadores ya han tomado.
Su nivel académico limita sus posibilidades de encontrar un buen trabajo que se compare al de la mina. “Es bien difícil debido a que en otros trabajos ofrecen Q100 diarios y solo trasladarse a la capital y regresar diariamente tiene un costo de Q90. Trabajo no hay y tus hijos tienen que comer, uno de adulto un vaso con agua se toma y así la vamos pasando, pero los niños no”, comentó.
¡Desesperación!
Sergio, junto al resto de trabajadores han participado en varias marchas dirigidas a la Corte de Constitucionalidad (CC). El objetivo es que los magistrados restablezcan las labores de la mina, aún así siente que nadie los escucha.
Con relación a los señalamientos contra la mina, Cetino dijo: “Yo sería la primera persona que me retiraría o demandaría a la empresa si la viera cometiendo algún tipo de infracción o contaminación”. Aseguró que cuando llegó a la empresa no tenía conocimiento de que era la mina, por lo que recibió capacitaciones.
Por último, Sergio Cetino le pide por favor a los magistrados de la CC que ya tomen una decisión. “Sentimos que discriminan a los que trabajan en la mina porque no saben cómo es el trabajo, además que dejen de tomar esto como un tema político”.
“Aquí hay pobreza y extrema pobreza, nosotros necesitamos el trabajo, ellos están bien, viven bien y comen de nuestra hambre”, concluyó. Lamentablemente para Sergio y el resto de trabajadores, la CC sigue sin resolver desde hace 400 días.